Todo tiene su final
Por primera vez tendremos un gobierno de izquierdistas elegido democráticamente (aunque ellos mismos se empeñaron en hablar de fraude los días previos) y es, valgan verdades, hasta cierto punto merecido para quienes insistieron por diversas vías (desde el proyecto revolucionario, la organización partidaria, pasando por el frente electoral y ahora a través del atajo de un outsider militar) llegar al poder. Felicidades muchachones del ayer. No creía que la harían. Precisamente mi escepticismo sesgó parte de mi análisis durante la campaña: al igual que muchos otros no pensé que Humala podría triunfar; al igual que pocos sí veía las posibilidades del fujimorismo debido a su soporte social. Gajes del oficio de analista político.
Con esta columna termina mi colaboración con el diario Correo. Agradezco a su director por permitirme tener un espacio semanal desde el cual coincidimos y discrepamos, pero sobre todo desde donde pretendí (usted lector juzgará si con éxito o no) promover una voz discordante en medio de un unísono políticamente correcto que ha pecado de acrítico y que hasta ahora estigmatiza los argumentos que no suenan a aplausos. Precisamente por eso, Correo me pareció la palestra ideal para azuzar los prejuicios con los que se lee la prensa nacional.
Al nuevo gobierno le deseo lo mejor, ya que el panorama que se le viene no es sencillo. Ha levantado las expectativas de los sectores movilizados y tiene que demostrar que tiene operadores políticos para contener la violencia. Me gustaría ver a Javier Diez Canseco volviendo a Puno a desbloquear carreteras. Ha prometido un cambio en la administración de políticas sociales, pero no distingo una tecnocracia social capaz de trascender los papelógrafos y los plumones de las ONG. Como quisiera que Mocha dé el salto a una Dilma. El Ministerio de la Mujer debe dejar de ser lo más mediocre de la burocracia estatal. Si de verdad creen que su triunfo electoral ha sido la victoria de la memoria (sic), me gustaría verlos capaces de plantear políticas de reconciliación y de promoción de los derechos humanos que calen en las mayorías (¡ahora no tienen excusa!). Si de verdad están convencidos que ésta es la oportunidad del progresismo para gobernar y hacerlo bien, me gustaría ver a los palomillas de Twitter dejar las redes virtuales y volverse activistas de redes sociales reales. Si de verdad creen que Lima no es el Perú, agarren sus chivas y múdense a Ilave a construir democracia. Y a los que votaron por Humala, dejen el rollo ridículo de "vigilantes" (eso en todo caso sería para la oposición), y tengan un rol activo. No caigan en la ilusión de la democracia participativa, porque no podemos darnos el lujo de un posible fracaso de Humala. Ahí sí podríamos tocar fondo.
Publicado en Correo, 11 de Junio del 2011
Con esta columna termina mi colaboración con el diario Correo. Agradezco a su director por permitirme tener un espacio semanal desde el cual coincidimos y discrepamos, pero sobre todo desde donde pretendí (usted lector juzgará si con éxito o no) promover una voz discordante en medio de un unísono políticamente correcto que ha pecado de acrítico y que hasta ahora estigmatiza los argumentos que no suenan a aplausos. Precisamente por eso, Correo me pareció la palestra ideal para azuzar los prejuicios con los que se lee la prensa nacional.
Al nuevo gobierno le deseo lo mejor, ya que el panorama que se le viene no es sencillo. Ha levantado las expectativas de los sectores movilizados y tiene que demostrar que tiene operadores políticos para contener la violencia. Me gustaría ver a Javier Diez Canseco volviendo a Puno a desbloquear carreteras. Ha prometido un cambio en la administración de políticas sociales, pero no distingo una tecnocracia social capaz de trascender los papelógrafos y los plumones de las ONG. Como quisiera que Mocha dé el salto a una Dilma. El Ministerio de la Mujer debe dejar de ser lo más mediocre de la burocracia estatal. Si de verdad creen que su triunfo electoral ha sido la victoria de la memoria (sic), me gustaría verlos capaces de plantear políticas de reconciliación y de promoción de los derechos humanos que calen en las mayorías (¡ahora no tienen excusa!). Si de verdad están convencidos que ésta es la oportunidad del progresismo para gobernar y hacerlo bien, me gustaría ver a los palomillas de Twitter dejar las redes virtuales y volverse activistas de redes sociales reales. Si de verdad creen que Lima no es el Perú, agarren sus chivas y múdense a Ilave a construir democracia. Y a los que votaron por Humala, dejen el rollo ridículo de "vigilantes" (eso en todo caso sería para la oposición), y tengan un rol activo. No caigan en la ilusión de la democracia participativa, porque no podemos darnos el lujo de un posible fracaso de Humala. Ahí sí podríamos tocar fondo.
Publicado en Correo, 11 de Junio del 2011
Labels: Elecciones Presidenciales 2011
9 Comments:
Hola.
Leo con tristeza que te separes de Correo. Si a mí me preguntaran, como filósofo interesado en temas sociales, históricos y políticos, quiénes son los analistas en estas materias que considero yo confiables, mi respuesta sería tajante: Carlos Meléndez (derecha crítica) y Mario Sifuentes (Izquierda razonable y educada). Hay otros analistas serios, pero son eventuales, como Ricardo Lago. La inmensa mayoría de los demás, con el respeto que me merecen quienes son mis amigos, son "opinadores" y, las más de las veces, unos opinadores laboralmente interesados, a la vez algo estúpidos y algo comechados. Cuando no lo son, entonces los hallo socialmente irresponsables. Lo tuyo es una pérdida.
Si he de leer tus columnas aquí, vale.
Un abrazo cordial.
Víctor Samuel Rivera
Copio tu artículo en mi blog y lo comento al canto.
En parte final señala que los que votaron por Humala dejen el rollo ridículo de vigilantes y que tengan un rol activo. Es para decirlo menos poco realista. Es decir más de 5 millones de personas a tener un rol activo. Por favor, son personas que trabajan, estudian, comercian, viajan, etc. Es mi única observación
Es muy bueno que el señor Melendez deje de escribir en un diario. Por esta columna se puede ya observar lo pésimo columnista que es.
Gracias Victor Samuel.
Anónimo 1, tienes razón con la precisión: me refería a los activistas pro-Humala de ultimo momento, y no todo su electorado.
Anónimo 2: gracias por sus críticas constructivas.
Un abrazo tío, espero que vuelvas a postear pronto....
Me quedo con esta frase:
Si de verdad creen que su triunfo electoral ha sido la victoria de la memoria (sic), me gustaría verlos capaces de plantear políticas de reconciliación y de promoción de los derechos humanos que calen en las mayorías (¡ahora no tienen excusa!). Si de verdad están convencidos que ésta es la oportunidad del progresismo para gobernar y hacerlo bien, me gustaría ver a los palomillas de Twitter dejar las redes virtuales y volverse activistas de redes sociales reales. Si de verdad creen que Lima no es el Perú, agarren sus chivas y múdense a Ilave a construir democracia.
Lamentablemente no lo harán, así de rara es nuestra amada izquierda peruana.
Imagino que podemos seguirte en el blog, que es el medio por el cual muchos te hemos seguido estimado Jorobado. Por algo sera que quienes te "atacan" (véase las comillas) no tienen el coraje de identificarse y prefieren la alcantarilla del anonimato. Un abrazo virtual y seguiremos esperando tus entregas periodicas (semanales, quincenales?)
Saludos cordiales
Dario Enriquez
Montreal, Canada
Una lástima tu salida de Correo, Carlos, mucha gente que conozco te seguía en particular. Esperamos poder leerte en este blog y si se presenta la oportunidad de continuar apoyando a Mariategui en dar a conocer sin temores a la gente el poder que tiene el caviarismo en el Perú de hoy, no lo dudes y vuelve. CORREO ES UNO DE LOS MEJORES DIARIOS Y AL PERU LE ESPERA, NO LO DUDES, TIEMPOS MUY DUROS.
SUERTE!!
Estimado Jorobado. Facil que no vuelves a la prensa diaria. Tu afan de recordar y explicar la atroz miopia y flojera de nuestra autoproclamada "reserva moral" del Peru , es algo que esa "gentita" jamas te perdonara.
Lo mas triste es que, tras un ajustado triunfo por 3% sobre la hija de un autocrata corrupto, nuestros "caviares" volvieron a su autocomplacencia y creen haber sido "protagonistas" de un aluvion electoral. Empezamos mal. Ni fueron "protagonistas" (comparsas quizás), ni hubo aluvion. Y nadie ha mostrado la menor autocritica o preocupacion por constatar que el fujimorismo (sí, los aliados de un condenado por corrupcion) estuvo a punto de encumbrarse de nuevo en el poder... ese 48% es un fracaso de la "memoria" y del comproiso civico. Y ahi es nuestro deber preocuparnos.
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