Anti-Candidatos
Un ex presidente que busca la reelección luego de haber gobernado por años el país con el índice desaprobatorio más alto de la historia. Un ex alcalde de Lima sin organización política y que, encima, se escapa de los micrófonos y las cámaras. La hija de un ex presidente preso por violaciones a los derechos humanos y corrupción. Un ex militar antisistema en un país pro sistema. Un anciano gringo, con un "sancochado" de alianza y con apellido impronunciable para el peruano promedio. ¿Se ha puesto a pensar, estimado lector, que los postulantes a la Presidencia carecen de atractivos que cautiven y convenzan al electorado? ¿Se ha preguntado que quizás esa desafección que siente con respecto a la campaña se podría deber a estos desangelados políticos? ¿No será acaso que son, paradójicamente, "anti-candidatos" con más flaquezas que virtudes para vincularse con un electorado sumido en la desolación política?
El próximo jueves 3 de marzo presento en Transparencia Anti-Candidatos. Guía analítica para unas elecciones sin partidos, compilación de estudios que intenta destilar la esencia de los proyectos políticos y organizaciones que participan en la actual contienda electoral. ¿Cómo funciona exactamente eso que llamamos una "democracia sin partidos"? Si no son partidos, ¿qué son? Si son organizaciones personalistas, ¿cómo sobreviven luego de tanta derrota electoral? ¿Cuán dependientes son las candidaturas del paso que tuvieron por la gestión pública? ¿En qué consiste el pragmatismo de las alianzas electorales? ¿Qué se negocia? ¿Qué se pierde? ¿Qué se gana?
No existen partidos, pero las funciones necesarias para la disputa política se siguen cumpliendo. La personalización de la política ha llevado a la difuminación de las distinciones programáticas. Pero este personalismo paradójicamente no se basa en personalidades fuertes o significativas, sino en imágenes dependientes de lo que se puede mostrar como capital electoral (por ejemplo, gestiones anteriores u honestidad). Se mantienen un grupo de leales alrededor de estas figuras como una suerte de mínimo requerido para sobrevivir durante las épocas no electorales, cuando no abundan los ayayeros u oportunistas. A partir de este núcleo, todo se negocia: desde "escuderos" (la lista parlamentaria de Solidaridad Nacional) y aparatos clientelares atomizados (la contribución de Acuña a PPK), hasta equipos de programas de gobierno (Ciudadanos por el Cambio con Humala y Todos por el Perú con Castañeda). Con ello se explican las 11 candidaturas que tenemos al frente, pero también los ausentes (como el APRA). Y todo ello en un contexto en el que el poder de los medios aumenta conforme disminuye el de los partidos, y en el que el juego electoral se rige desde Lima casi mirando de reojo las rutas del interior del país. ¿A cuál anti-candidato elegirá usted el próximo 10 de abril?
Publicado en Correo, 26 de Febrero del 2011.
El próximo jueves 3 de marzo presento en Transparencia Anti-Candidatos. Guía analítica para unas elecciones sin partidos, compilación de estudios que intenta destilar la esencia de los proyectos políticos y organizaciones que participan en la actual contienda electoral. ¿Cómo funciona exactamente eso que llamamos una "democracia sin partidos"? Si no son partidos, ¿qué son? Si son organizaciones personalistas, ¿cómo sobreviven luego de tanta derrota electoral? ¿Cuán dependientes son las candidaturas del paso que tuvieron por la gestión pública? ¿En qué consiste el pragmatismo de las alianzas electorales? ¿Qué se negocia? ¿Qué se pierde? ¿Qué se gana?
No existen partidos, pero las funciones necesarias para la disputa política se siguen cumpliendo. La personalización de la política ha llevado a la difuminación de las distinciones programáticas. Pero este personalismo paradójicamente no se basa en personalidades fuertes o significativas, sino en imágenes dependientes de lo que se puede mostrar como capital electoral (por ejemplo, gestiones anteriores u honestidad). Se mantienen un grupo de leales alrededor de estas figuras como una suerte de mínimo requerido para sobrevivir durante las épocas no electorales, cuando no abundan los ayayeros u oportunistas. A partir de este núcleo, todo se negocia: desde "escuderos" (la lista parlamentaria de Solidaridad Nacional) y aparatos clientelares atomizados (la contribución de Acuña a PPK), hasta equipos de programas de gobierno (Ciudadanos por el Cambio con Humala y Todos por el Perú con Castañeda). Con ello se explican las 11 candidaturas que tenemos al frente, pero también los ausentes (como el APRA). Y todo ello en un contexto en el que el poder de los medios aumenta conforme disminuye el de los partidos, y en el que el juego electoral se rige desde Lima casi mirando de reojo las rutas del interior del país. ¿A cuál anti-candidato elegirá usted el próximo 10 de abril?
Publicado en Correo, 26 de Febrero del 2011.
Labels: Elecciones Presidenciales 2011