El Intelectual-El-Bocón fue en algún momento un investigador serio. Ahí están sus libros, una suerte de clásicos del chollywood académico, cuyos títulos (y hasta subtítulos) sabemos de memoria. (Quizás sus argumentos no tanto). Alguna vez investigó, hizo su trabajo de campo, con libretitas para sus entrevistas, fichó libros él mismo. Alguna vez prescindió de asistentes que hicieran el “trabajo sucio”.
Ahora le calza perfecto el refrán de que “todo tiempo pasado fue mejor”. De un tiempo a esta parte, precisamente decidió vivir del ayer, del prestigio, desde el momento en que su nombre terminó siendo más importante que sus textos.
Un requisito básico es el culto a la personalidad. El Intelectual-El-Bocón, finalmente, no tiene lectores, tiene hinchas. Es muy probable que ya nadie lo lea (porque ya no escribe, o simplemente porque la gente no lee pues), pero igual sigue teniendo sus fans enamoradas (de todas las edades y todas las tallas), pero básicamente alumnitos(as) que se "mojan" al ver el nombre del profe en el diario, en las páginas de los suplementos culturales, en programas de canal de cable para sectores A y B.
La franela se institucionaliza a través de grupos de estudio, de talleres, de seminarios, a los que todos se mechan por participar, con el sueño de escucharlo hablar (sin contradecirlo), de llamarle por su nombre de pila, de tutearlo, con ese feeling del que sale en la foto de refilón, de sentirse en el behind the scenes de algún libro que El Intelectual-El Bocón editará, que se venderá en El Virrey, y que sólo los del círculo leerán.
Pertenecer a la argolla de El Intelectual-El-Bocón es yuca, ya que suele ser recontra cerrada. Solo para GCU. Se reserva el derecho de admisión. No nos llame, nosotros lo llamamos. Tienes que haber hecho tu mérito. O sea, transcribirle 20 entrevistas, 5 grupos focales, ficharle 10 libros, prepararle el café turco que le gusta, pagarle el recibo de baja policía en la municipalidad de Magdalena, armarle dos seminarios (incluyendo tomarle fotos en su ángulo más piedra) y tajarle los lápices. Con eso, el fan enamorado se ha ganado la co-autoría de un artículo en Quehacer, Cuestión de Estado (¿todavía existe?) o Flecha en el Azul.
Algún día quisiera ser como El Intelectual-El-Bocón: publicar cualquier cojudez que se me venga a la mente, presidir la mesa de cierre de algún seminario “sobre mi obra”, pasar por caja y cobrar. Pero siempre, todititos los días, rodeado de hinchas. Si no, ¿cuál es la gracia?
Ps. Este post es la continuación de nuestra tipología (no excluyente) de intelectuales. Ver también: El intelectual de ONG, El intelectual-yo-conozco-a-los-indios, El-intelectual-lo-popular-es-bacán.
Ahora le calza perfecto el refrán de que “todo tiempo pasado fue mejor”. De un tiempo a esta parte, precisamente decidió vivir del ayer, del prestigio, desde el momento en que su nombre terminó siendo más importante que sus textos.
Un requisito básico es el culto a la personalidad. El Intelectual-El-Bocón, finalmente, no tiene lectores, tiene hinchas. Es muy probable que ya nadie lo lea (porque ya no escribe, o simplemente porque la gente no lee pues), pero igual sigue teniendo sus fans enamoradas (de todas las edades y todas las tallas), pero básicamente alumnitos(as) que se "mojan" al ver el nombre del profe en el diario, en las páginas de los suplementos culturales, en programas de canal de cable para sectores A y B.
La franela se institucionaliza a través de grupos de estudio, de talleres, de seminarios, a los que todos se mechan por participar, con el sueño de escucharlo hablar (sin contradecirlo), de llamarle por su nombre de pila, de tutearlo, con ese feeling del que sale en la foto de refilón, de sentirse en el behind the scenes de algún libro que El Intelectual-El Bocón editará, que se venderá en El Virrey, y que sólo los del círculo leerán.
Pertenecer a la argolla de El Intelectual-El-Bocón es yuca, ya que suele ser recontra cerrada. Solo para GCU. Se reserva el derecho de admisión. No nos llame, nosotros lo llamamos. Tienes que haber hecho tu mérito. O sea, transcribirle 20 entrevistas, 5 grupos focales, ficharle 10 libros, prepararle el café turco que le gusta, pagarle el recibo de baja policía en la municipalidad de Magdalena, armarle dos seminarios (incluyendo tomarle fotos en su ángulo más piedra) y tajarle los lápices. Con eso, el fan enamorado se ha ganado la co-autoría de un artículo en Quehacer, Cuestión de Estado (¿todavía existe?) o Flecha en el Azul.
Algún día quisiera ser como El Intelectual-El-Bocón: publicar cualquier cojudez que se me venga a la mente, presidir la mesa de cierre de algún seminario “sobre mi obra”, pasar por caja y cobrar. Pero siempre, todititos los días, rodeado de hinchas. Si no, ¿cuál es la gracia?
Ps. Este post es la continuación de nuestra tipología (no excluyente) de intelectuales. Ver también: El intelectual de ONG, El intelectual-yo-conozco-a-los-indios, El-intelectual-lo-popular-es-bacán.
Muy interesantes las cuatro entradas
ReplyDeletesaludos
oe cunado, anda al psicoanalisista....
ReplyDeletetus críticas son buenas pero tu forma de decirlas son muy malas, caes en la vulgaridad recurrentemente( "se mojan..."). En serio ya pareces articulista de Correo. un poco más de nivel no?
ReplyDeletePrimer anonimo, por que crees que tengo este blog? Porque el psiconanalista esta muy caro pes!
ReplyDeleteSegundo anonimo, "se mojan" esta en sentido figurado pues...
El detalle en la descripción hace pensar antes que en una generalización del tipo de intelectual en unos cuantos rostros con nombre y apellido. Cierto, cualquier generalización parte de observar a los individuos, pero en tu caso por qué todo esto hace pensar tanto en resentimiento? con quién te estás peleando?
ReplyDeleteBueno, anonimo, si a ti te hace pensar en unos cuantos con nombres y apellidos, parece que el post funciona. Por mi parte, nada de resentimientos, nada de peleas, solo ganas de joder un poco. Viene bien de vez en cuando, no?
ReplyDeleteYo, cuando leo tu blog, me mojo,je!
ReplyDeleteSaludos, y sigue jodiendo...
Anónimo uno, no seas monse pues: es como pedirle a un argentino que se deje de mirar el ombligo. Por favor...
ReplyDeleteAnónimo tres, acaso no te has dado cuenta aún? Lo que hace Carlos es un análisis prospectivo de lo que le gustaría ser en el futuro? (no muy lejano, por cierto)
carinos,
Sr. Melendez,
ReplyDeleteLe propongo su colaboración a la sección "chiquitas" de mi Diario, espero su respuesta.
Atte.
Aldo M.
Estimado Sr. Aldo M.
ReplyDelete"Chiquita" te voy a dar, pero en el otro ojo.
Atte.
Carlos M.