Considero que políticamente, mi generación –es decir los que estamos en los treintas—es la próxima “generación perdida”. No tenemos en el horizonte ningún proyecto político (de izquierda) del cual heredar; las ambiciones políticas que podemos desarrollar se basan más en proyecciones personales –por lo tanto dependerán mucho de las iniciativas particulares--; y hemos preferido la profesionalización académica ante el desamparo de una política sin partidos. Creo que las generaciones mayores y las menores no deberían vernos con expectativas en el terreno político, dado que las primeras no dejaron un legado que valga la pena, y las segundas no tienen nada qué aprender de nosotros. Antes que se nos achaque la responsabilidad política del futuro del país, les advierto que mi generación no es la generación de recambio, sino una transición (en el mejor de los casos) sin pena ni gloria. No es el escenario que personalmente quisiera, pero es lo que creo nos ha tocado vivir. Y quisiera decirles de una vez por qué:
1. No sabemos nada de política. ¿Dónde se aprende política? Hemos crecido en un desierto de proyectos políticos. Las iniciativas políticas que fueron interpretadas por los optimistas como “el renacer” de la política (las protestas universitarias contra el gobierno de Fujimori, con carátula de Caretas incluida, junio de 1998, ver foto) es la golondrina que no hizo el verano. El interés por la política se dispersa y termina difuminando, si no existen organizaciones políticas que den forma, sostengan e institucionalicen aquellos ánimos colectivos. O sea, sin partidos no hay política sensata. El devenir de aquellos muchachones anti-Chino en la política ha terminado en lugares 1) marginales (proyectos “anti-globi-otra-ONG-es-posible”), 2) inapropiados (mano en el pecho: en la ONG no haces política, pues hermano). Lo “menos malo” podría ser una regiduría por ahí, pero más como el resultado de los buenos contactos que de los méritos propios (lista cerrada no vale, pes). El resultado es que no sabes nada. Ni michi. ¿Acaso sabemos cómo es negociar con un operador político de paro nacional? Ni siquiera sabemos tratar a un aprista (“hay yo no escucho reggeaton”). La “señora” del comedor popular que dices que conoces es purita ilusión.
2. No hay herencia. Los “muchachos del ayer” (algunos muy buenos la verdad, pero claro sólo algunos) suelen decir que nosotros tenemos una responsabilidad política, que tanto doctorado, por Dios, y no hacemos nada por el país. Pero, a ver, ¿qué nos queda? ¿Cuál es la herencia? ¿El PDS? ¿El PS? No sean abusivos. Esos son “proyectos de renovación” con “la misma gente”, entendiéndose por “misma gente”: i) las mismas personas; ii) las mismas familias; iii) los mismos estilos.
(En lo que sí tenemos futuro, es en que somos quizás la primera generación que ve el análisis político no como un premio consuelo de los perdedores que tienen que ver el partido por televisión, sino como una opción profesional).
3. No somos ejemplo para las generaciones más jóvenes. Normalmente la vida de un político ya debe estar consolidada en los treintas. ¿Sí o no? Los “muchachos del ayer” a mi edad ya eran secretarios generales de partidos con caudal electoral, habían participado en elecciones, paros, huelgas nacionales, los más faites sabían armar su molotov, y los rayados su fierro. La generación mayor (los que están en sus cuarentas) se han hecho los giles olímpicamente. Admirable, por cierto. La candidatura de Farid Kahhat al Parlamento Andino (encima tachada por errores de inscripción!!!) resulta un gesto tierno, el que entra a la cancha en los descuentos cuando la goleada ya está consagrada. (Saludos, Farid, por acá me he encontrado con tu ex barra del CIDE, muchos recuerdos de Negretto, Osorio y Manteca). Mi generación políticamente está en nada. Ni fururú, ni farará. No hemos participado ni en la elección de una junta vecinal, “qué? ¿hay que pagar a la gente para que te junten firmas?” (sí, gilazo), no le hemos hablado políticamente ni a los amigos de los hermanos menores, y le tenemos miedo hasta al paralizer.
4. Las generaciones más jóvenes tampoco tienen futuro (si esto sigue así). Yo me asaba cada vez que veía a un “alumnito” en la tele dejando la vida frente a la embajada de Chile para que expulsen al Chino (¿te quedaste ronco, no Huachafa?). Ahí uno se daba cuenta la falta de guía política, la ausencia de eslabones que satisfagan los entusiasmos de los menores, quienes terminaban en un tremendo salto al vacío y caían en las manos de los interminables muchachos del ayer. Sólo sí esa generación, los que están en los veintes, se pone las pilas y arma cosas bien hechecitas (cómo sucedió en los setenta), la cosa podría cambiar. O sea: tienen que asumir el rol de Jotitas, porque a nosotros ya nos eliminaron (lo que es peor, sin jugar). Pero con la suya, sin entrenadores de otras épocas. Es como si me trajeran a Company o Barack a la selección.
¿Hay esperanzas y viabilidad política para alguien de mi generación? Sí, para que vean que no soy pesimista. Hay dos posibles salidas (además de pasarle de una vez la pelota a los Jotitas). Se las canto. Apunta. 1) El lobby con el outsider del momento (el politólogo regio). 2) La alcaldía de San Juan de Lurigancho (yo). Caso 1: ante la falta de proyectos políticos, las elecciones seguirán siendo disputadas por el outsider del momento (o outsider reciclado, para pensar en el 2011). Subirse al coche del arrastre personal de algún político (casi siempre bajo el rol de “asesor”), es el primer paso para que dadas nuestras credenciales académicas, nos paren algo de bola, y aspiremos (si tenemos el suficiente recorrido en cocteles) a la cancillería. Algún gobierno de transición, también podría darnos esa vitrina que no hemos podido ganar en la política electoral. Caso 2: ganar la elección de un distrito popular, pero sin rollo de presupuesto participativo, ni “ciudadanos de a pie”, ni nada de esas vainas que más bien espantan a la gente. O sea, lo que queda es ser un Chiroque pero sin corrupción, que la gente te sienta cercano, del barrio, que confíe en ti, que conozca tu floro. Ya a partir de una gestión edil en un distrito popular como SJL, te podría dar la vitrina necesaria para construir algo más grande (quedan descartados obviamente Barranco, Jesús María, Surco, por obvias razones). Pero lastimosamente como yo me he caviarizado bastante, lo más seguro es que también saque el 0.5% en mi barrunto. Por eso mejor, sigo siendo un politólogo sin esperanzas.
(ps. Aeropuerto de Atlanta, Gate T4, esperando la conexión para Managua).
1. No sabemos nada de política. ¿Dónde se aprende política? Hemos crecido en un desierto de proyectos políticos. Las iniciativas políticas que fueron interpretadas por los optimistas como “el renacer” de la política (las protestas universitarias contra el gobierno de Fujimori, con carátula de Caretas incluida, junio de 1998, ver foto) es la golondrina que no hizo el verano. El interés por la política se dispersa y termina difuminando, si no existen organizaciones políticas que den forma, sostengan e institucionalicen aquellos ánimos colectivos. O sea, sin partidos no hay política sensata. El devenir de aquellos muchachones anti-Chino en la política ha terminado en lugares 1) marginales (proyectos “anti-globi-otra-ONG-es-posible”), 2) inapropiados (mano en el pecho: en la ONG no haces política, pues hermano). Lo “menos malo” podría ser una regiduría por ahí, pero más como el resultado de los buenos contactos que de los méritos propios (lista cerrada no vale, pes). El resultado es que no sabes nada. Ni michi. ¿Acaso sabemos cómo es negociar con un operador político de paro nacional? Ni siquiera sabemos tratar a un aprista (“hay yo no escucho reggeaton”). La “señora” del comedor popular que dices que conoces es purita ilusión.
2. No hay herencia. Los “muchachos del ayer” (algunos muy buenos la verdad, pero claro sólo algunos) suelen decir que nosotros tenemos una responsabilidad política, que tanto doctorado, por Dios, y no hacemos nada por el país. Pero, a ver, ¿qué nos queda? ¿Cuál es la herencia? ¿El PDS? ¿El PS? No sean abusivos. Esos son “proyectos de renovación” con “la misma gente”, entendiéndose por “misma gente”: i) las mismas personas; ii) las mismas familias; iii) los mismos estilos.
(En lo que sí tenemos futuro, es en que somos quizás la primera generación que ve el análisis político no como un premio consuelo de los perdedores que tienen que ver el partido por televisión, sino como una opción profesional).
3. No somos ejemplo para las generaciones más jóvenes. Normalmente la vida de un político ya debe estar consolidada en los treintas. ¿Sí o no? Los “muchachos del ayer” a mi edad ya eran secretarios generales de partidos con caudal electoral, habían participado en elecciones, paros, huelgas nacionales, los más faites sabían armar su molotov, y los rayados su fierro. La generación mayor (los que están en sus cuarentas) se han hecho los giles olímpicamente. Admirable, por cierto. La candidatura de Farid Kahhat al Parlamento Andino (encima tachada por errores de inscripción!!!) resulta un gesto tierno, el que entra a la cancha en los descuentos cuando la goleada ya está consagrada. (Saludos, Farid, por acá me he encontrado con tu ex barra del CIDE, muchos recuerdos de Negretto, Osorio y Manteca). Mi generación políticamente está en nada. Ni fururú, ni farará. No hemos participado ni en la elección de una junta vecinal, “qué? ¿hay que pagar a la gente para que te junten firmas?” (sí, gilazo), no le hemos hablado políticamente ni a los amigos de los hermanos menores, y le tenemos miedo hasta al paralizer.
4. Las generaciones más jóvenes tampoco tienen futuro (si esto sigue así). Yo me asaba cada vez que veía a un “alumnito” en la tele dejando la vida frente a la embajada de Chile para que expulsen al Chino (¿te quedaste ronco, no Huachafa?). Ahí uno se daba cuenta la falta de guía política, la ausencia de eslabones que satisfagan los entusiasmos de los menores, quienes terminaban en un tremendo salto al vacío y caían en las manos de los interminables muchachos del ayer. Sólo sí esa generación, los que están en los veintes, se pone las pilas y arma cosas bien hechecitas (cómo sucedió en los setenta), la cosa podría cambiar. O sea: tienen que asumir el rol de Jotitas, porque a nosotros ya nos eliminaron (lo que es peor, sin jugar). Pero con la suya, sin entrenadores de otras épocas. Es como si me trajeran a Company o Barack a la selección.
¿Hay esperanzas y viabilidad política para alguien de mi generación? Sí, para que vean que no soy pesimista. Hay dos posibles salidas (además de pasarle de una vez la pelota a los Jotitas). Se las canto. Apunta. 1) El lobby con el outsider del momento (el politólogo regio). 2) La alcaldía de San Juan de Lurigancho (yo). Caso 1: ante la falta de proyectos políticos, las elecciones seguirán siendo disputadas por el outsider del momento (o outsider reciclado, para pensar en el 2011). Subirse al coche del arrastre personal de algún político (casi siempre bajo el rol de “asesor”), es el primer paso para que dadas nuestras credenciales académicas, nos paren algo de bola, y aspiremos (si tenemos el suficiente recorrido en cocteles) a la cancillería. Algún gobierno de transición, también podría darnos esa vitrina que no hemos podido ganar en la política electoral. Caso 2: ganar la elección de un distrito popular, pero sin rollo de presupuesto participativo, ni “ciudadanos de a pie”, ni nada de esas vainas que más bien espantan a la gente. O sea, lo que queda es ser un Chiroque pero sin corrupción, que la gente te sienta cercano, del barrio, que confíe en ti, que conozca tu floro. Ya a partir de una gestión edil en un distrito popular como SJL, te podría dar la vitrina necesaria para construir algo más grande (quedan descartados obviamente Barranco, Jesús María, Surco, por obvias razones). Pero lastimosamente como yo me he caviarizado bastante, lo más seguro es que también saque el 0.5% en mi barrunto. Por eso mejor, sigo siendo un politólogo sin esperanzas.
(ps. Aeropuerto de Atlanta, Gate T4, esperando la conexión para Managua).
Alan Salinas contribuye al debate
Jajajajaja, gracias por el saludo; sinceramente, me has alegrado el dia. Pero hay un error temporal: cuando iba a la Embajada de Chile -recuerdo non grato- era antes de conocerte, Melendez.
ReplyDeleteDiscutia eso que dices la semana pasada. Y si, una salida es hacer lo de los sesentas (porque en los setentas la ruptura ya estaba hecha, en los sesenta es la etapa del parricidio) A mas de uno la idea nos ronda la cabeza...
¿Y qué es "hacer los de los sesentas" en la actualidad? ¿ir al monte para hacer trekking y coaching guerrillero? ¿entrenarse con el manual de Carlos Mariguela for dummies? ¿colgar perros muertos en las puertas de as ONGs?
ReplyDeleteYa pé varón, sé conciente: quien se mete a izquierda, debe estar dispuesto a no sonreir mucho y andar traicionando constantemente los principios para seguir en la lógica de la política democrática.
Gracias por sus comentarios, que me permiten una aclaracion. O sea, si se quiere crear un proyecto de izquierda se debe retomar el contacto con los "nuevos sectores populares". Nada de irse al monte, ni proletariado, ni comunidades campesinas...sino con los nuevos actores de la economia informal. Ademas, hacer politica de verdad (nada de ONG de por medio), sino meterse a la cancha electoral. Y aprender las lecciones: "la lucha armada" causo tanto mal a nuestro pais y nadie de los que se llenaban la boca con ella ahora siquiera piden disculpas.
ReplyDeleteTodo esto esta en la cancha de los que estan egresando de la Universidad. Ese es el momento para comenzar. Me parece.
Un post para dejar de pensarla y ponerse a actuar. Gracias.
ReplyDelete"Hacer lo de los sesentas" no es, pues, agarrar mi libro de Debray y llevarlo en el bolsillo mientras me hago el clande, ni darselas de Douglas Bravo llenadome la boca de fierrero y por-eso-nunca-doy-mi-nombre-sino-mi-alias. Es romper con estilos y dirigencias gerontocraticas, así como esquemas mentales que continúan por inercia -¿ejemplo? La Coordinadora Político Social. Es decir: aceptar que uno es parte de una generacion huerfana y llevarlo al parricidio.
ReplyDeleteEn parte eso intento la nueva izquierda en el Peru (y, a inicios de los sesenta, la Juventud del PC), aunque el resultado de todo esto fue, a fin de cuentas, un fracaso -la revolución nunca llegó.
Y sí, creo que eso implicaría también romper con las ONGs. Ahora hay gente que milita en su trabajo, personas que viven para cumplir el proyecto con el gringo: la manera más burda de hacer dinero rápido. Hasta el tan odiado empresario tiene más mérito, porque al menos arriesga su capital: en la ONG no tienes mucho pierde.
Pero lo que digo tampoco tiene importancia. Forget it.
Salud
ReplyDelete¡Qué derrotismo! Y lamentablemente cuanta razón.
Aunque sí discrepo en algo, la necesidad de la participación orgánica en partidos "casi de forma profesional" desde jóvenes, o sea, cuando se ven personas de 30 años dirigiendo un Partido Político, previo paso por la academia y demás, se termina viendo a un "político profesional" (tanto en lo positivo como en lo negativo, pero acá pongo énfasis en el lado "negativo"), que sí, que puede estar ya curtido en algunas pugnas "de élite" (cómo organizar una móvil en las elecciones, cómo moverse en una mesa de negociación, con quién decir qué y cómo) pero normalmente quien está en esa situación "pierde conexión", habla del trabajo duro sin haber dado un palo al agua (y generalizo injustamente, lo sé).
Sobre si es una generación perdida o no, creo que, dado el análisis (y planteando otros casos), tocaría el paso de la intelectualidad orgánica (:P), la construcción de nuevos proyectos (esos que se hacen ya con años avanzados y no se heredan, porque en Perú la izquierda no tiene nada que heredar, como bien señalas) y, caballero pues, el "asesoramiento", labor siempre necesaria (siempre y cuando sea "real" y no un puestito para cobrar un pico, claro). Alguien tendrá que fungir de pepito grillo mezclado con Yoda en los "nuevos" partidos de las "nuevas" generaciones.
Hasta luego ;)
PD: Me alegro que hayas "vuelto" de forma "oficial".
Estos espacios de verdad amplían el espacio de debate y reflexión en torno a algo que nos gusta: la política. Optando o no por un lado de la orilla (léase izquierda o derecha), la cosa es pensar y chambear. Es como decía Mariátegui, conjugar palabra y acción. Yo tomo una posición: mi lado izquierdo. Por ello, parafraseo una frase de arjona (que cursi pero importante): la izquierda es verbo no sustantivo. Es decir, mucho se habla de izquierda pero no se atreven a pisar terreno para ensayar lo pensado y hacer un feed back con las sentires, acciones de las y los ciudadanos.
ReplyDeletePara ello, mi experiencia en el barrio de San Hilarión -en San Juan de Luirgancho- (tú debes conocer, Jorobado) es chévere, jodida muchas veces pero alentador. Desde ese espacio logro comprenderme a mí, a mi opción y lo que la gente piensa acerca de su futuro y su presente.
Amigos bloggers, que se unen muchas veces al debate con mi estimado jorobado, ya ps pisen cancha y opinen también desde ahí.
Saludos, carlos melendez
pd: Sé que hay mucho por debatir (ojo, no va para tí amigo jorobado)lo digo con el animo de que esta nueva generación no spongamos a hacerlo. Pongo la pelota en la cancha. Ah y gracias por ponerme en tus contactos, es un honor
Claro, Jomra, y luego quien dice que el "pesimismo es negativo"?. Claro que conozco San Hilarion, mi estimado Alan. Aunque me quieran comparar con Aldo M. yo me siento de izquierda, pero obviamente nunca vote por los que se arrogan dicha representacion sin un minimo de pie en la calle. Por eso creo, Jomra, que no debemos tenerle miedo a la politica profesional, a meternos con todo... aunque creo que de verdad los que deberian hacerlo son los mas jovenes, y bueno, no se hasta donde podamos fungir de "asesores", creo que nos pueda quedar amplio el rol.
ReplyDeleteY los "muchachitos del ayer", ya pues, de una vez digan: "la cagamos", de una vez digan "yo crei en la lucha armada", y dejen la cancha libre para los demas... y no me vengan con Yehude, con Huaroc, etc etc, que es mas de lo mismo.
Normal nomas. Aqui los jovenes no hacen (hacemos) politica porque los movimientos politicos son poco menos que reuniones de compadres donde se planifica la repartija de puestos. Con el agravante que los jovenes sirven solo como "fuerza de choque" o como reserva de chibolas ricotonas para emplearlas como secres. Y los lideres naturales son gente desprestigiada de la vieja elite, que en el fondo necesita a la juventud como se necesita el prendedor de la corbata: como decoracion. Por eso en los 90 jamas me anime a participar en las marchas "civicas" contra la dictadura. Veia nomas la clase de ratas y vividores que tras años en la mamadera de empresas publicas y curules congresales se proclamaban "maestros de la juventud" y daban ganas de salir huyendo.
ReplyDeleteY sobre los "muchachitos del ayer". Bueno, tuvieron su ocasion pero ahora insisten en que el periodo 1980-2005 no ha ocurrido y por eso aun exigen a sus bases juveniles pleitesia y admiracion. Nada han aprendido y nada han olvidado. De nuevo, los jovenes sirven de decoracion para los "lideres" que dicen "haberse ganado ese puesto" despues de chacharas en el Congreso, jugosos sueldos de ONGs, y consultorias en dolares que financian sus viajes a Cancún... pero claro, ellos exigen que nosotros los jovenes les hagan el trabajo de bases que ellos jamas se animaron a hacer. Aun hablan de "hacer la revolución" y que "otro mundo es posible" pero... que lo hagan otros (ellos jamas dejaran su penthouse sanisidrino por esas cosas). ¿Y asi esperan credibilidad y respeto?
¿Esperanzas? Primero, que los "jotitas" no busquen a los viejos politicos habituados a la pendejada patria, y que elaboren sus propias propuestas, y de paso que se conecten con las necesidades reales de la gente... ya se, ya se, la "teoria" es clave, pero deben de conocer a sus electores (no basta oir a Chacalon, caviarillos). Nosotros (ya se me salio pues) los peruanos comunes que chapan su combi, somos mayormente individualistas, urgidos de respuestas efectivas y rapidas, queremos prosperidad material (o sea, plata para nosotros y nuestras familias) pero tambien orden y seguridad. Si como respuesta a estas inquietudes sólo se ponen a recitar los Siete Ensayos de Mariategui mismo pastor "Pare de Sufrir" entonces cuenten con el 0.5% para el 2011.
Bueno, creo que el post de éste brother es un buen ejemplo de que con el higado tambien se puede escribir. Aparte de alucinarse negociando un paro con los altos mandos cegetepistas, rol de asesor y otros expectantes puestos "dadas [sus] credenciales académicas", que por supuesto nadie se las pidio,creo que no concibe que la política una labor de servicio, ésta se puede desarrollar desde cualquier lugar o cualquier posición, no necesariamente de asesor, que ya hay demasiados.Y todavia tiene la frescura de criticar a la gente que iba a reclamar a la embajada de Chile, por algo totalmente valido, mejor dicho, por principios;mientras él, desde su casa se embutia sus papitas Frito-Lay.
ReplyDeleteHay muchas experiencias de organizaciones que han nacido del empuje de dos o tres patas que han tratado de hacer algo, antes de andar sólo quejandose o reclamando.
Tambien señala: "La alcaldía de San Juan de Lurigancho te podría dar vitrina para(...)", vaya instrumentalismo.Bueno, a nadie se le puede negar el derecho a ser palomilla de ventana, es decir: sólo tener un blog.
Lucho, comienzas tu comentario con la frase “normal no más”. No sé si ha sido de casualidad, pero precisamente el primer libro de Tanaka (con Venturo, Osmar González y alguien mas que no me acuerdo) se llamaba así y trataba de la participación de los jóvenes en política. En fin…un flashback.
ReplyDeleteAhora la pregunta, Lucho, es si los “jotitas” pueden hacerla sin contaminarse de los “muchachitos del ayer”. Lo que si es claro es que estos últimos están cada vez más desprestigiados por más “líderes naturales” que se alucinen. Y que aquéllos, los jotitas, deben de aprender de los errores de los otros y tener más calle pues, no basta con escuchar cumbia como tú dices. O sea, tienen que ser más Grupo 5 y menos Bareto.
Uy, anónimo, no voy a decirte las cosas que hecho porque me parece de mal gusto, pero están lejos de comer papitas Lay. Mi vida no se reduce al blog, pero me gustó eso de “palomilla de ventana”, simpaticón. Y la política, brother, tiene creo que más de instrumentalismo que de “buenas intenciones”.
Bueno la pelota se puso en la cancha, ajá.
ReplyDeleteBueno, pienso que algunos tienen razón al no sentirse parte de ese sin-sentido del instrumentalismo en política. Sí, pues, es fregado sentirse utilizado; pero si es pagado, ya ps, cambiamos las cosas y hacemos el esfuerzo de hacer algo. Uy, un diálogo práctico (de las prácticas) de los muchachitos de ayer. Pero que podemos hacer para coyunturas como ellas; es inevitable. Hasta en las ligas mayores se hace eso (piense en países con fuerte tradición democrática: ejemplo: EE.UU, Francia, Italia, etc.). Pero Política implica, también, pisar terreno desde varios frentes de la cancha: chamba en cualquier lugar (sectores del Estado y “sociedad civil”) profesionalizando la política – a decir de Meléndez-. Otro es conjugar la profesión con la realidad, vale decir, acercarnos sin ganar ni un centavo tal vez (ahí va para aquellos que piensan que no debemos ver con malos ojos a la política). Ahí se aprende, se ensaya lo que en la facultad se aprende. Equivóquense, hagan su ensayo-error (somos humanos) pero no pierdan ese vínculo para los que siguen pensando en otro mundo es posible. Como muchos, creo. Esos vínculos hacen que no pierdas la sensibilidad que aportes en algo para un proyecto (como lo quieras ver: de manera individual u organizada) pero hagámoslo. Ese proyecto, no necesita más de intelectuales que se pongan sólo a discutir en las Ongs o centros de investigación solamente. Vincúlenlos a necesidades prácticas, hagámoslo verbo no sustantivo solamente, muchachitos de ahora (jóvenes aún).
Saludos
Osea , porque a los que tu llamas muchachitos del ayer hacen un planton frente a la embajada de Chile, todos los que vamos estamos de acuerdo con ellos. No necesariamente ,eso se llama tolerancia, es decir , a pesar de que no concuerdo con la comoda praxis política de los "muchachitos del ayer" que lamentablemente se han colgado de un tema tan importante como los derechos humanos, ello no es obvice, para ir a la puerta de la embajada a reclamar que entreguen al chino delincuente, prefiero eso, a estar calentando el asiento en mi casa. Alan, lo que tu propugnas es personalismo: No voy porque están los muchachitos del ayer.Al final tu mecha con los muchachitos del ayer es la mecha del 0.3% del electorado con el 0.29%. ¿Eso no es muy relevante, no?
ReplyDelete¿Instrumentalismo y buenas intenciones? Yo realmente no concuerdo no creo en esa fina inclinación hacia el instrumentalismo. Creo que lo más importante en la política son los principios; y si eso me hace estar más cerca de la buenas intencios,perfecto, por un afán instrumentalista hay varios intelectuales que pasaron de reformadores a bomberos cuando le pusieron el primer señuelo.
Felicito el blog y al "palomilla de ventana",una broma no lo tomes a mal, y creo que estos dialogos intergeneracionales son muy buenos.
Anonymus, no propongo personalismo porque eso no va conmigo, propongo que hablar desde diferentes frentes de la cancha social es sugerente debido a que así estamos aprendiendo; ya no desde el eclusivo partido polìtico o desde el sindicato porque los tiempos son otros. Teniendo eso en cuenta se puede afrontar una serie de cosas. En ese sentido, afrontar una serie de concepciones y acciones actuales de los ciudadanos y comprenderlos es una tarea que muchas veces que no lo queremos ver; porque en el manual no lo dice así. Un ejemplo, el individualismo práctico generalizable que se percibe. Cómo conjugar ello con una concepción de izquierda. Eso no implica se reaccionario sino saber cuajar en las necesidades y comprendernos también nosotros que somos jòvenes de otra época.
ReplyDeleteSaludos
* Escribo algo al respecto en mi pequeño espacio. Les alcanzo http://alansalinas.blogspot.com/2008/10/balance-y-liquidacin-de-la-generacin.html. Sí estoy equivocado, bueno. sí aprenderé ps pero hay necesidad de seguir hablando, escribiendo al repecto, desde otros ojos. Sorry Jorobado por el cherry en tu blog pero -creo- que es para ampliar el debate.
Bienvenido el debate y el cherry!!!
ReplyDeleteSabes muchos puntos de vistas sobre tu generación son ciertos, pero déjame decirte 3 cositas:
ReplyDelete1.La política ha ido cambiando y así como se ha perdiendo apoyo también ha dado armas para que los ciudadanos participen y una de ellas es la LEY DE TRANSPARENCIA Y ACCESO A LA INFORMACIÓN, entre otras.Fue dirigida a tu generación.
2.No califico tu opinión, pero si me apena tu mensaje y mayor pena me da cuando escucho un señor mayor de 50 años diciendo lo mismo. Entonces empieza el nombre PAÍS SIN ESPERANZA!!
3.Ya no se llama PDS ahora es FUERZA SOCIAL. Así que te invito a usar el término nuevo porque es un partido que nace de las profundas regiones.
Finalmente,
Actualmente algunos jóvenes tienen miedo a la política, sabes por qué?
PORQUE SIENTEN QUE NO SABEN NADA Y QUE ESTAN PÉRDIDOS AL IGUAL QUE OTROS.
Comento lo ultimo:
ReplyDelete1. "armas para los ciudadanos"...manya, que paja, de la lucha armada a la ley de transparencia...? O sea, de verdad crees que los mecanismos de transparencia son efectivos para cambiar la politica? alucina que prefiero creer en la revolucion.
2. http://www.youtube.com/watch?v=c72Ca-5nYrA Ahi ta el himno para tu campania.
3. Fuerza Social? Ta que tienen mas nombres que militantes? Nace de las profundas regiones? No te enganies, maestro, justo ahora estoy escribiendo sobre un estudio de campo que hice en Cajamarca, sobre la gestion de "tu" presidente Jesus Coronel...By the way, me indigna el uso de "Peru profundo"...
Gracias por tus comentarios.
Hay un alcalde en Arequipa, el alcalde de Vítor. Tiene 20 años, mi edad. [Sí, fue electo en el 2006. Adivina a qué edad fue electo]. Christian algo, Cuadros, me parece. Es manipulado, sí. Es delineado, orientado, torcido en sus decisiones, sí. Es aprista, sí. Jorobado, el problema de TODAS las generaciones que llegan a tu edad, es que siguen pensando que se puede hacer algo. No se puede hacer nada, se continúa la línea de los que nos antecedieron y ya... Y cinco, diez años de estudio, masters primo hermano de Dios y demás, sabes que son huevadas cuando se trata de realpolitik. No se haga malasangre y siga haciendo chistecitos qe para eso se le lee :D.
ReplyDelete[Sí, me presenté a mi tercio de facultad y perdimos por ausentismo XD] Hace dos años qe no hay tercio en civiles en la UNI. Jodido.
Biyu, yo soy feliz contando chistecitos no mas, en serio... y la malasangre, bueno, algunos se lo merecen...
ReplyDeletePongan empresas, esa es la manera de influir en el mundo hoy en día :p
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