Wednesday, November 5, 2008

Estados Unidos, los países andinos, la Historia, la biografía


Hoy tuve que dar mi primer “lecture” en la universidad como parte de mis responsabilidades como Teacher Assistant (semanalmente tengo dos grupos de discusión, algo parecido a las jefaturas de práctica de la PUCP). Se trata del curso de Introduccion a la Ciencia Politica, dirigido por un comparativista especialista en Europa. La fecha y el tema (“Crisis of democratic representation: the case of the Andean countries”) estaban programados desde el inicio del semestre, pero recién hace unos días caí en la cuenta que sería un día después del Election Day. ¿Cómo se puede hablar sobre democracia en los países andinos luego de una elección presidencial de esta magnitud?

Saliendo de clase (que no pudo haber salido mejor, la verdad), recordé que la primera vez que vine a este país, fui testigo de otro momento histórico: el 11 de setiembre del 2001 que, precisamente, coincidía con una conferencia también titulada: “Crisis en Los Andes”. Recuerdo nítidamente aquella mañana en Chapel Hill, cuando al enterarnos de los acontecimientos, interrumpimos la reflexión sobre “los desafíos para la democracia” en los países andinos y fuimos testigos del pánico que cundía en aquel campus universitario, y la sensación de estar viviendo un quiebre en la historia mundial.

Aquel 11 de setiembre y este último 4 de noviembre llevan consigo la sensación de Historia. Aquel llanto masivo que inundaba los pasillos universitarios en UNC y aquel grito nocturno al borde de la medianoche de ayer en South Bend son parte de esa Historia grande que me ha tocado vivir y que, paradójicamente en ambos casos, coincidieron con las reflexiones sobre mi país y sobre la región andina, donde se mezcla la Historia --si queremos llamarla “universal”-- con los retos de nuestro “subdesarrollo” –si queremos llamarlo así-- y con las paltas personales de un estudiante migrante.

Mientras presentaba los argumentos sobre la democracia en los países andinos, con el background de la elección de ayer en la cabeza de todos los presentes, pensaba en voz alta como Estados Unidos, al fin, se plantea un gran cambio en su historia, pero cuyo cambio provino por dentro del sistema democrático. Mientras, en nuestros países, cada vez que se plantea un “gran cambio”, éste tiene que ser “revolucionario”, “anti-sistema”, “romper con la partidocracia”… es decir destruyendo la poca institucionalidad que nos sobrevive. Ayer, Estados Unidos –cuesta decirlo para quienes cuestionamos este país—nos ha dado una lección: los grandes cambios sí se pueden lograr respetando la democracia, las instituciones y sobre todo la vida de las personas.

Veremos si Obama puede hacer los grandes cambios que ha prometido y que ha dejado en el ambiente de cualquier rincón del mundo esta mañana. Para incrédulos como yo, cuesta sentirse optimista. Quizás sea sólo simbólico (el hecho de un negro en la presidencia de este país), pero a veces esas cosas valen mucho sobre todo para los “excluidos”, para quienes hace menos de cincuenta años no podían sentarse en un mismo bus.

¿Es posible hacer cambios sin pensar en el salvavidas de un “outsider”? ¿Es posible grandes transformaciones desde dentro de los partidos, venciendo inclusive tendencias más tradicionales y el “establishment” de los mismos como hizo Obama contra Clinton? ¿Es posible que las elecciones devuelvan la esperanza a la gente? (Una mano en el pecho: ¿quién se alegró cuando Alan Garcia ganó el 2006? Ni siquiera todos los apristas) ¿Es posible confiar más en la democracia y menos en los que proponen “cambios revolucionarios”?

En unos años quizás, todo esto haya sido una ilusión (aunque es muy poco probable que Obama sea un Reagan o un Bush), pero sí recordaré que el día de mi primer lecture se respiraba una sensación de cambio donde antes sólo se olía etanol (¿lindo mi pueblo, no?).

7 comments:

  1. Harto ego en eso de entremezclar tu historia personal (con minúscula) con la Historia o con algunos hitos que tú consideras posibles puntos de quiebre.

    Aun se discute esto para el caso del 11-S, que en realidad no cambia el paradigma construido en 1991 con la primera invasión a Irak y la de 1995 con Yugoslavia, la del "nuevo orden mundial" y la "reaparición de la historia" con los nuevos nacionalismos.

    El problema de querer subirse al carro de la Historia y ver sus grandes momentos es que ésta se construye a partir de los largos procesos, no de los simples acontecimientos, y menos de los que a veces creemos que nos incluyen. Cada marcha del SUTEP no es la Revolución Francesa, por más que Patria Roja lo pinte así.

    Ver "El fin de la Historia" en cada esquina te lleva a hablar antes de tiempo y a patinar más que mesera del Arnold's. Pero para eso han estudiado los cientistas políticos, para divertir a los historiadores.

    Chau Mel.

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  2. El sentido de este post, Zambito, es estrictamente personal. Y si, es estrictamente egocentrico, sin pretenciones ni de politologo ni de historiador. Es como yo quisiera contar la historia a mis nietos.

    De acuerdo contigo en la "produccion de la Historia" y en el "fin de ella". No pretendia entrar a este debate, del cual, los historiadores son los expertos obviamente. Nosotros, los politologos "cuantitativos" (hay los rolleros tambien), cruzamos variables. Ustedes los historiadores las pintan de colores. Tienen mas arte que nosotros.

    Pero eso si, es un placer divertirlos.

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  3. Salud

    ¿Qué grandes cambios ha prometido? Obama, como mucho, será "levemente reformista", esto al margen de la sensación de "Historia" (con mayúscula) que pueda dar, o el propio cambio simbólico (cuya importancia no niego)... Pero viendo el equipo de Obama (el que va formando), ¿Cómo se puede hablar de cambio dando tanta importancia a los que ya estuvieron y no cambiaron nada?

    Ahora bien, esto no quita para que sea posible un cambio profundo respetando las reglas de juego y pasito a pasito (no es que pase mucho, pero uno tiene esperanzas en este tipo de cambios).

    Hasta Luego ;)

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  4. Ya no me esta gustando este jorobado reloaded en su segunda etapa. Demasiado ego, tomandose demasiado en serio (si, asi parece!) y mostrando mucha arrogancia. Ojala vuelvas a ser el de la primera etapa. En serio.

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  5. Más allá del post y del autor (a quien me encanta criticar anónimamente, cosa que no haré esta vez), me llama la atención la discusión en torno al cambio.

    "Change" es un discurso de campaña. Me parece que se basa en dos cosas: por un lado, "Change" con respecto a lo que causó la crisis económica y que agravó la crisis de legitimidad de EEUU en el mundo(políticas económicas y militares). En buena medida es el cambio de republicanos a demócratas.

    Por otro lado, "Change" para hacer lucir a Obama como candidato negro, jóven, progresista,etc. Buena estrategia en relación a un viejo republicano ex militar con la cara medio roja y sin cuello.

    Pero eso de que sí va a haber un cambio... no entiendo bien las expectativas de la gente. Obama seguro va a dialogar más con Chávez y todo eso. Pero me da la impresión de que hay gente que espera un cambio total, sin saber realmente cambio "hacia qué".

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  7. Cuando los republicanos perdieron el control de las cámaras del Congreso Federal en las elecciones parciales de 2006 muchos también tuvieron esperanzas, como Cindy Sheehan.

    Como haría Tomás el santo, voy a creer cuando Obama meta el dedo en esa herida abierta en la conciencia de EEUU que es Guantánamo.

    Roberto de Lima

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