El "Duelo-polio"
La historia y sus legados pertenecen a todos los peruanos por igual. Sin embargo, un sector social y político –la clase media progresista limeña—tiende a monopolizar la interpretación de la memoria histórica del país y, sobre todo, del duelo producto de la violencia política. La pugna por la construcción del museo de la memoria (que podría terminar siendo el museo de la memoria…de la clase media) evidencia los errores de un objetivo que debería ser incluyente.
Tan importante como el sesgo ideológico es el sesgo social de los esfuerzos por construir la memoria histórica del país. La izquierda progresista clasemediera miraflorina se arroga la representación de los símbolos de la memoria, cometiendo faltas que los llevan, paradójicamente, a prácticas excluyentes. Construir un recinto de memoria en un barrio simbólicamente exclusivo y distribuir materiales de difusión en diarios caros hablan de su miopía por hacer de este trabajo extensivo a las mayorías.
La magnificación de los dolorosos hechos de Tarata –tan dolorosos como muchos otros--es una prueba de lo que llamo el Duelo-polio (o el monopolio social del duelo). La violencia política se inició en Lima al mismo tiempo que en Ayacucho (atentado contra la municipalidad de San Martin de Porres, junio de 1980), pero se insiste en Tarata (con una mala película incluida) como el símbolo de la memoria para los limeños, cuando sólo lo es para un sector minoritario. Son los distritos populares (San Juan de Lurigancho, Villa El Salvador) los que destacan por el mayor número de víctimas en la capital. Pero la izquierda-manos-blancas (blanco también es sinónimo de impoluto, limpio, sin los “zapatos sucios” y de discriminación) limita la producción de sus mayores símbolos a un museo en la Costa Verde y, recientemente, a una ayacuchana cantando en eventos de derechos humanos (Solier convertida en la Mercedes Sosa de la izquierda-Jazz-Zone).
La construcción de la memoria histórica se ha convertido en una obsesión política polarizante (y no integradora) de parte de las élites involucradas. Creo que el futuro pacífico entre peruanos (“reconciliación” me parece un término tan ambicioso como irrealizable) está en algún punto al medio de posiciones militaristas de derecha (como la que practica la línea editorial de este diario) y de posiciones socialmente excluyentes de izquierda (como la de la izquierda miraflorina). Pero sobre todo, la verdad y la reconstrucción de la memoria están debajo de ambas elites, en aquella víctima promedio que evidenció el Informe Final. A nivel nacional en un pobre, quechuahablante, campesino, sin educación. Y en Lima en un vendedor informal de asentamiento humano y casa de esteras, con hijos en colegio fiscal. Ninguno de estos “ciudadanos promedio” tiene vela en su propio entierro.
Tan importante como el sesgo ideológico es el sesgo social de los esfuerzos por construir la memoria histórica del país. La izquierda progresista clasemediera miraflorina se arroga la representación de los símbolos de la memoria, cometiendo faltas que los llevan, paradójicamente, a prácticas excluyentes. Construir un recinto de memoria en un barrio simbólicamente exclusivo y distribuir materiales de difusión en diarios caros hablan de su miopía por hacer de este trabajo extensivo a las mayorías.
La magnificación de los dolorosos hechos de Tarata –tan dolorosos como muchos otros--es una prueba de lo que llamo el Duelo-polio (o el monopolio social del duelo). La violencia política se inició en Lima al mismo tiempo que en Ayacucho (atentado contra la municipalidad de San Martin de Porres, junio de 1980), pero se insiste en Tarata (con una mala película incluida) como el símbolo de la memoria para los limeños, cuando sólo lo es para un sector minoritario. Son los distritos populares (San Juan de Lurigancho, Villa El Salvador) los que destacan por el mayor número de víctimas en la capital. Pero la izquierda-manos-blancas (blanco también es sinónimo de impoluto, limpio, sin los “zapatos sucios” y de discriminación) limita la producción de sus mayores símbolos a un museo en la Costa Verde y, recientemente, a una ayacuchana cantando en eventos de derechos humanos (Solier convertida en la Mercedes Sosa de la izquierda-Jazz-Zone).
La construcción de la memoria histórica se ha convertido en una obsesión política polarizante (y no integradora) de parte de las élites involucradas. Creo que el futuro pacífico entre peruanos (“reconciliación” me parece un término tan ambicioso como irrealizable) está en algún punto al medio de posiciones militaristas de derecha (como la que practica la línea editorial de este diario) y de posiciones socialmente excluyentes de izquierda (como la de la izquierda miraflorina). Pero sobre todo, la verdad y la reconstrucción de la memoria están debajo de ambas elites, en aquella víctima promedio que evidenció el Informe Final. A nivel nacional en un pobre, quechuahablante, campesino, sin educación. Y en Lima en un vendedor informal de asentamiento humano y casa de esteras, con hijos en colegio fiscal. Ninguno de estos “ciudadanos promedio” tiene vela en su propio entierro.
Publicado en Correo, 19 de Diciembre del 2009.
Labels: Debates
12 Comments:
ademas subir por ahi, solo si tienes carro, es una vaina por el traficazo que se forma
el apresuramiento tendra que ver tambien en hacer un museo en ese lugar?, por que tabien que la teta asustada halla ganado un premio en europa con algo del tema del terrorismo, pero de ahi que se pase de moda?, es una duda claro.
En la línea que trazas entre las "posiciones militaristas de derecha" y "las posiciones socialmente excluyentes de izquierda", la segunda está muchísimo más cerca del centro. Tu argumento final es, por ello, inválido. Los sectores militaristas de derecha serían comparables con la gente que promueve la amnistía para los terroristas y justifica sus matanzas. Sabes bien que lo que llamas "izquierda miraflorina" está, por lo general tan lejos de eso como tú. Correo no está tan lejos del extremo derecho. Y la postura de derecha no es mucho menos socialmente excluyente, pero, sobre todo, está en contra de la defensa de los derechos humanos como factor esencial del debate. Se me hace muy difícil considerar ese tipo de posturas, que se basan en descalificar a los demás, como interlocutores serios.
¿Cuál sería tu propuesta? Creo que, para comenzar, habría que quitarle peso a medios como Correo (vale la crítica que le haces), que llegan a sectores populares pero colaboran muy poco al diálogo, porque tienen una línea editorial que busca descalificar las posturas ajenas y llevan el debate a niveles ínfimos. Tu artículo ciertamente es mucho más que eso, pero, leido en el texto más grande que es la línea de editorial del diario, es un ataque más a la "izquierda caviar", por hacer un museo de la memoria. Suena casi como que te gustaría hacer un referéndum para hacer el museo (obviamente, estoy exagerando). El tema es que lo haces desde una tribuna que, en gran medida, desprecia la democracia y el respeto a la vida, entre otros "detalles". ¿Me equivoco?
En cuanto al tema de la ubicación del museo: hacerlo en otro distrito me parece muy razonable,(más aún las propuestas de hacerlo descentralizado) pero también es razonable hacerlo en una de las zonas con mayor atractivo del país y eso tiene más que ver con el desastre de ciudad que es Lima que las cosas que señalas (por cierto, los fenómenos no están del todo desligados). No es lo central, en cualquier caso. Es como criticar a la CVR por su campaña comunicacional o porque el escenario el día de la presentación del Informe Final estaba más arriba que el público. ¿O será que en estas lides periodísticas si te parece que las claves están en lo "simbólico"? Te faltó tu cita de Zizek.
Compadre, la perfección es enemiga de la acción. Sí, pudo haber estado el museo en Ayacucho, en Putis, en el Centro de Lima o en San Juan de Lurigancho. Como bien sabes, en política se hace lo que se puede. Lo otro, pensar en el museo perfecto, es apelar a un principismo enorme.
Por lo demás de acuerdo con varios de tus diagnósticos. Sin embargo, la limitación de las posibilidades de esta izquierda mesocrática (añadiría, y criolla) son las que son. Se ha hecho lo que se pudo. Y luego, se podrá corregir, se podrá cambiar de lugar, etc. Mejor tener algo a no tener nada, ¿no es cierto? Realismo, pues.
Ojo, el duelo-polio no es exclusivo de este sector. También lo es de la derecha cro-magnon (fujimorista, cavernaria, etc.) quienes dicen que son también los únicos autorizados para hacer museos (ver declaraciones de Rafael Rey), por lo que decir que un sector social y político tiende a monopolizar la interpretación de la memoria..." es por demás falso. Cada sector que está ahora "batallando" busca ese monopolio.
Ahora bien, la presencia de Mario Vargas Llosa, ¿no rompe el monopolio? ¿o lo ubicas con la izquierda miraflorina? Eso no queda claro tampoco en tu artículo (ok, dirás que es poco espacio, pero allí está el arte de la columna).
Un abrazo.
Creo que la pregunta de fondo seria: ¿Quiénes pueden comprender el fenómeno Sendero Luminoso y la violencia que engendró?
Tal vez el hecho de que el Museo de la Memoria haya sido inaugurado en Miraflores deja indicado cual es el sector social que ha llegado a entender en algo la violencia política de esos años. Pero no es así en su totalidad, puesto que existen grupos progresistas fuera de esa “izquierda caviar”, por ejemplo en las universidades públicas, que tienen una lectura propia de lo ocurrido con Sendero y el Estado, a veces distando mucho del IF de la CVR.
El hecho de que un puñado de intelectuales de izquierda haya tenido la oportunidad de revisar el sustento ideológico de SL y hayan encontrado datos valederos para explicar la violencia política en nuestro territorio, no significa para nada que sean los únicos que hayan podido manejar teorías certeras sobre lo ocurrido.
Por tanto creo que el problema no radica en ¿que clase social ha entendido mejor las causas de la violencia? , sino ¿como están entendiendo las nuevas generaciones esos años de violencia? Es fundamental dotar de instrumentos de análisis a las nuevas generaciones para que están puedan entender mejor el fenómeno SL.
ahora el ministro rafael rey anuncia un museo solo para las victimas de terrorismo donde solo estaran recordados los miembros de las fuerzas armadas, es decir.....
Estimado Jorobado, el razonamiento me parece inobjetable y sustentado en la realidad e historia política reciente de nuestro país: un sector de la sociedad (la bien definida como clase media progresista limeña) busca apropiarse de manera EXCLUYENTE de la memoria política de nuestro país. Para comenzar, la CVR no debió ser el informe de UNA memoria sino la sumatoria de muchas memorias: la única perspectiva ética y metodológica posible. No fue así. Y para no abundar en muchos ejemplos, les envito a revisar las sucesivas y reiteradas declaraciones de su Presidente (que además calló en siete idiomas cuando el estudiante de la PUCP Castillo Paez fue desaparecido en los 70s) que habla en defensa de la VERDAD como si él y la Comisión fueran sus propietarios y no hubiera ninguna otra. Cipriani al revés!!.
La construcción de la o las memorias más precisamente, es un complejo proceso subjetivo a traves del cual diferentes sectores sociales le dan sentido al pasado. Suponer, por eso mismo, que alguien ha logrado la verdadera interpretación d ela memoria de una sociedad tiene un fuerte tufo a totalitarismo. Recordemos que las sociedades totalitarias comunistas especialmente tenián una paranoica obsesión por tener la historia oficial, sobre cuya base además, perseguían sangrientamente a las disidencias.
No debe haber una memoria única y menos oficial. Y si así fuera, esta debería contener -por supuesto- la perpectiva de los militares como del Ministro Rey, la de nuestros amigos caviares como la del Presidente García y el APRA, la del PPC como la del PCP-U etc. así como debería estar la voz de los campesinos masacrados ante el silencio e ignorancia de nuestras clases medias urbanas, como de los asháninkas y de las amas de casa, como de nuestras élits. El Museo de la Memoria debería ser la memoria de todos.
JC
Error 1: Gentita super-bien!
Pudieron conformar una comisión que incluya miembros del ejército, la policía, el PJ, las víctimas, los ronderos, los nativos, la iglesia, etc. Una comisión verdaderamente incluyente.
Pero no, prefirieron a un renegado escritor auto-exiliado en España que escogió a dedo a sus compadres "que no consultarán ni con los militares ni con nadie" y un par de rosados afines.
Error 2: Museo super-nice!
Pudieron levantar el museo en un distrito popular o de fácil acceso o mejor en una zona fuertemente golpeada por el terror. Un museo en efecto incluyente.
Pero no, prefirieron un barrio exclusivo, de difícil acceso pero a distancia caminable para ciertos intelectuales y artistas acomodados y por supuesto con espléndida vista al océano.
Error 3, 4, 5, ..., n:
Como van, ya vienen, de eso estoy seguro.
No obstante, me intriga saber si para la inauguración del museo Marito, Bambarén, Sziszlo y Lerner extenderán una invitación a la presidenta Fujimori. Estoy seguro que la china se los agradecerá tanto como por haber contribuído (sin querer, pero igual vale) con su elección.
Es que no existen memorias sino desde el conflicto permanente. Hay memorias y contramemorias. Como el comando Valer es recordado como héroe en Lima por lo de la embajada de Japón, mientras el Huallaga es recordado como "Chizito", un asesino despiadado. Pero también hay memorias hegemónicas y otras que no lo son, y de una buena vez hay que tirar a la basura eso de que Lima "recién" se dio cuenta de la violencia con lo de Tarata, ¿y los millones de limeños que crecimos viendo los cerros con gigantescas hoces-martllos o que retumbábamos cada vez que reventaba una bomba en el banco más cercano?
Si Salomón Lerner, MVLL o Rafael Rey así lo creen, me vale madres, pero que no se irroguen el duelo-polio.
Tienes razón, jorabado, al final, se trata de un asunto de clase.
Es cierto, los progre son una plaga o algo asi, pero despues de todo que iba uno a esperar compromiso real con los DDHH de la izquierda comunista totalitaria o la derecha conservadora sumamente "pragmatica" cuando se trata de valorar las vidas de las lejanas comunidades.
Esto era de esperarse, estimado Jorobado. Eso de fabricar "dogmas" se lo dejo a Cipriani y a sus histericos del Opus... Asi como no creo en las "versiones oficiales" de la historia, menos en casos donde se pretende "version oficial" de horrores que los peruanos mayores de 30 hemos visto personalmente, como parte de nuestra vida. Y por desgracia este Museo, por los rasgos que muestra, hara mas daño que bien a la justa causa de los DDHH si se intenta meter una "version unica", mostrando que solo "existio" la violencia que la Comision Directiva del Museo afirme como "realmente existente".
Tal vez nuestra "izquierda miraflorina" no lo ha notado, pero, debido a la cercania de los acontecimientos tratados, el Museo de la Memoria inevitablemente resaltara los elementos que "interesan" a la elite que dirija sus construccion, dejando de lado otros elementos que si han sufrido los peruanos promedio. Un ejemplo es la magnifica mencion a Tarata, pues antes del bombazo de 1992 ni me habia fijado que existia esa calle (menos su nombre). Mas me acuerdo de una dinamita que lanzaron contra una comisaria en Breña (años ochenta)donde murio un suboficial PNP. Pero no. Breña no cuenta pues para nuestra izquierda criolla: "los limeños reacciomamos gracias a Tarata". Gracias por la "inclusion" ñaños. Ya me entere de quien NO tiene mi misma "memoria".
El problema está en que estos tan odiados caviares gozan de poder en este tema porque cuentan con una investigación sobre el periodo de violencia. Es así de que para mantener su poder de dominio apelan constantemente a dicho informe. La incoherencia está en que ellos hablan mucho de democratizar, sin embargo, lo único que buscan es mantener su condición de élite intelectual.
Mientras no haya un grupo intelectual de otro sector con una experiencia social diferente a los caviares y que con el tiempo goce de poder fruto de su especialización en el tema de violencia interna y derechos humanos... pues tendremos a los caviares ahí, reinando en el mundo de la producción cultural y simbólica.
Lo que necedsitamos es un grupo intelectual que dispute su dominio y que luego de cancelar al caviaraje, incluya otras visiones referentes al país.
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