En la última semana, la Corte Constitucional le cerró el camino a la re-reelección al presidente más popular que ha tenido Colombia en los últimos años. El "uribismo" llega a su fin luego de 8 años (2002-2010) de gobierno con una alta aprobación presidencial. Es muy probable que este fin no haya sido voluntario, ya que en los últimos meses Uribe insistió con la lógica del "Estado de Opinión" sobre los designios del Estado de Derecho (es decir, las decisiones del "pueblo" por encima del imperio de la ley). Pero al momento de tomar la decisión definitiva, Uribe, tragándose saliva y el trago amargo, acató las decisiones de los magistrados, tremendo ejemplo para un continente repleto de caudillos acostumbrados a la re-elección eterna y a la ley hecha a medida.
El final del uribismo deja un escenario complicado para la reconstrucción del sistema de partidos. La emergencia de Uribe por fuera del bipartidismo tradicional (Liberales y Conservadores) transformó el sistema político con la creación de fuerzas altamente dependientes de su liderazgo. El Partido de la U, su principal casa política, tenía como razón de ser el apoyo incondicional al Presidente; mientras que otras menores (Cambio Radical, Equipo Colombia) buscaban salir ganando alguito en el río revuelto uribista. Hoy que Uribe sale del poder, estas fuerzas tienen el desafío de representar "el uribismo sin Uribe" y competir por más del 50% de los votos que continúa apoyando al presidente saliente.
Por las calles de Bogotá se dice que Juan Manuel Santos (ex ministro de Defensa y responsable de la Operación Jaque) es el hombre más feliz del país. Con la decisión de la Corte, el candidato del Partido de la U es el favorito a ganar la primera vuelta de mayo, aunque espera el "guiño" presidencial (el respaldo oficial de Uribe). Sin embargo, se discrepa mucho sobre la lealtad política que le guardaría Santos de salir elegido. Andrés Felipe Arias (más conocido como "Uribito") quizá resulte el más incondicional al gobernante saliente, pero aún tiene que disputar la candidatura del Partido Conservador con Noemí Sanín, otrora candidata presidencial y ex funcionaria del gobierno. El ex alcalde de Medellín, Santiago Fajardo, y el congresista Germán Vargas Lleras también entran a la disputa por los votos que deja Uribe. ¿La izquierda? Bien gracias. Gustavo Petro tiene un 13% de respaldo, pero ello parece ser su techo político.
A pesar de los escándalos de la "para-política", Colombia es un país agradecido con el gobierno saliente, lo cual hace que las fuerzas políticas se concentren en la disputa por la herencia del líder en retirada. Las elecciones parlamentarias del 14 de marzo nos darán una muestra de lo que vendrá en Colombia.
El final del uribismo deja un escenario complicado para la reconstrucción del sistema de partidos. La emergencia de Uribe por fuera del bipartidismo tradicional (Liberales y Conservadores) transformó el sistema político con la creación de fuerzas altamente dependientes de su liderazgo. El Partido de la U, su principal casa política, tenía como razón de ser el apoyo incondicional al Presidente; mientras que otras menores (Cambio Radical, Equipo Colombia) buscaban salir ganando alguito en el río revuelto uribista. Hoy que Uribe sale del poder, estas fuerzas tienen el desafío de representar "el uribismo sin Uribe" y competir por más del 50% de los votos que continúa apoyando al presidente saliente.
Por las calles de Bogotá se dice que Juan Manuel Santos (ex ministro de Defensa y responsable de la Operación Jaque) es el hombre más feliz del país. Con la decisión de la Corte, el candidato del Partido de la U es el favorito a ganar la primera vuelta de mayo, aunque espera el "guiño" presidencial (el respaldo oficial de Uribe). Sin embargo, se discrepa mucho sobre la lealtad política que le guardaría Santos de salir elegido. Andrés Felipe Arias (más conocido como "Uribito") quizá resulte el más incondicional al gobernante saliente, pero aún tiene que disputar la candidatura del Partido Conservador con Noemí Sanín, otrora candidata presidencial y ex funcionaria del gobierno. El ex alcalde de Medellín, Santiago Fajardo, y el congresista Germán Vargas Lleras también entran a la disputa por los votos que deja Uribe. ¿La izquierda? Bien gracias. Gustavo Petro tiene un 13% de respaldo, pero ello parece ser su techo político.
A pesar de los escándalos de la "para-política", Colombia es un país agradecido con el gobierno saliente, lo cual hace que las fuerzas políticas se concentren en la disputa por la herencia del líder en retirada. Las elecciones parlamentarias del 14 de marzo nos darán una muestra de lo que vendrá en Colombia.
Publicado en Correo, 6 de Marzo del 2010
Salud
ReplyDelete¿Ejemplar? Entiendo a qué te refieres, pero aun así, de «ejemplar» nada, primero, porque la CC al final lo que anula es justamente el «truco» que intenta Uribe para trampear la ley mediante un referendo, tras otro fallo de la CC ante otro intento de modificación constitucional para permitir la re-reelección (nuevamente), en todo un proceso donde se ha visto lo peor de la política parlamentaria (contando compra de votos a diputados)... ¿Que aceptó la decisión final de la CC? Pues sí, después de intentar trampearla. Como Pinochet aceptó una transición en que se «autonombró» Senador vitalicio tras un referendo sobre su continuidad, pero eso no tiene nada de «ejemplar». ¿Que otros lo hacen peor? Pues puede ser, pero no es mejor el menos malo... Y eso no es «ejemplar».
Uribe es una figura salida de uno de los dos grandes partidos, que creció «fuera» de los mismos cuando se vio limitado, pero que pudo crecer dentro sin que hubiese cambiado nada la situación, eso sí, tras él deja un panorama distinto, desinstitucionalizado en cuanto a los partidos (para bien o para mal).
Por lo demás, la situación es harto complicada.
Hasta luego ;)
La viveza de Uribe parece ser que, mas alla de fallar en su intento de meter presion para que se le permita reelegirse, ha forjado una vision exclusivista y excluyente de la politica colombiana que lo favorece: quien desee ganar debera mostrarse como un "continuador" de la obra de Uribe en varios aspectos. Ha evitado que sus opositores mas severos puedan realmente tener chance (hasta el "Polo Democratico" de Gustavo Petro evita ciertas criticas directas a Uribe por miedo a perder votos) y ha manejado politicamente el tema de las FARC para mostrarse como el "manofuerte" que emociona a las masas latinoamericanas, junto a una economia pobre pero sin llegar a la miseria... ello explica que pese a la "parapolitica" y sus crimenes aun Uribe (y sus protegidos) gocen de un apoyo interno solo comparable a la del brasilero Lula (otro "teflon" pese a las fuertes corruptelas de su partido).
ReplyDeletejaja, wena esa "uribismo sin uribe" "peronismo sin perón"
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