Thursday, January 19, 2012

A la derecha de Humala

¿O por qué está de moda debatir sobre la derecha?

La semana pasada discutía sobre las consecuencias políticas de que el presidente Ollanta Humala, comparando sobre su desempeño como candidato, se haya convertido en un ex radical moderado, dejando un espacio político qué fácilmente puede llenarse a través de la réplica de un discurso “anti-establishment” (anti-minero, anti-mercado) que él mismo había enarbolado. Gregorio Santos parecería buscar heredar la representación de ese sector del electorado. Ahora propongo complementar aquel análisis comparando a Humala con la otra mitad del espectro político, es decir, desde el centro hasta el extremo derecho. Si bien su éxito en las urnas se debió a que era prácticamente el único actor relevante en la mitad zurda del continuo ideológico, ¿por qué ahora la resulta racional unirse a esa sobrepoblación de líderes de derecha que pululan en nuestra política? ¿Quiere ser acaso uno más del montón?

En los últimos días diversos columnistas han escrito sobre la derecha peruana en un aparente debate que básicamente ha sido un intercambio de estereotipos. Se ha puesto el énfasis en el estilo para defender las posiciones políticas donde importa más si eres “bruto o achorado”, pero no se va más allá de las fachas de los oponentes. Se considera que si alguien defiende el establishment económico y político se hace de derecha (en ese sentido, por ejemplo, Humala al mantener el status quo gobernantes se habría “derechizado”), pero no se prevé las distintas agendas que pueden hacer que la prédica conservadora se expanda hacia fuera de los intereses de clase que tradicionalmente defiende (es decir: “los de arriba”).

Una definición mínima de derecha se distingue por la creencia que las principales desigualdades entre las personas son naturales y están lejos de la intervención estatal. El problema en nuestro país es que la precariedad estatal es incapaz de garantizar mínimamente un orden (sobre todo democrático), por lo que el retraimiento estatal no se da por convicción ideológica o por elección, sino por default. Este tipo de adscripción a la derecha, entonces, se convierte en un atajo, en un tipo de ociosidad que prefiere prescindir de una vez del Estado (por negación a un discurso pro-mercado), cuando no se ha construido siquiera un mínimo de institucionalidad. Esta ha sido la derecha asentada en el poder la última década que gobierna a control remoto y que para quienes los programas de “alivio” a la pobreza son simplemente zapping.

Pero asimismo hay una derecha “estatista” (believe it or not) pero no a partir de disminuir las desigualdad sino que traduce la intervención estatal en sinónimo de orden, seguridad y combate a cualquier amenaza violentista extra-sistémica. En un contexto donde la seguridad pública cobra relevancia (ciudadanos que con sus propias armas buscan defender sus derechos), se abre un camino de justificación al polo ideológico que si lleva al extremo sus principios, no tiene problemas en legitimar al autoritarismo, la violación a los derechos humanos y la impunidad. Este es el espacio más sensible en la opinión pública peruana que Humala parece ambicionar y que –oh sorpresa—ha sido el hábitat natural del fujimorismo en su versión original y que por el momento Keiko Fujimori viene descuidando. Con la derecha pro-mercado mirándose el ombligo (PPK, Toledo y Castañeda en sus versiones electorales), toma vigencia el issue de la seguridad como el eje a partir del cual se construya un tipo de derecha con arrastre popular que no produzca ascos a las élites. Humala termina cayendo bien a los que no votaron por él, porque a su derecha está él mismo.

Publicado en Correo Semanal, 19 de Enero del 2012

7 comments:

  1. El gran problema en nuestro país viene de un proceso endémico de años de atrás, una izquierda ninguneada que interpreta el ascenso de Ollanta Humala como una oportunidad para establecer un gobierno perenne, asume que posee la plenipotencia de sojuzgar las acciones de la derecha, es un pensamiento egocentrico, se centra en los ideales mismo y no trasciende mas lla de una vision compartida o de un bien comun para el pais, vive inmiscuida en sus viejos paradigmas, en su "burbuja", vivimos en democracia "participativa", si te suena eso? Todos formamos parte del aparato politico, mas alla de tu ideologia, o tendencias, recordemos lo siguiente "Si no eres parte de la solucion; entonces eres parte del problema"

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  2. A mi modo de ver, creo que en la derecha peruana hay dos alternativas claramente direciadas:

    Una que privilegia el orden como valor fundamental, identifica la estabilidad macroeconòmica como sinònimo de libre mercado, a lo que propone la eficiencia en programas sociales como medio principal de "redistribuciòn de ingreso". Asìmismo, no duda en acudir al Estado exigèndole polìticas de "promociòn" que en la pràctica disfrazan el màs puro mercantilismo.

    Creo que esa versiòn de la derecha es hegemònica, tanto en la que tù llamas derecha pro mercado, como en la que denoiminas estatista.

    La otra alternativa de una derecha liberal que incorpore la igualdad ante la ley, el respeto a los derechos de propiedad, la libertad y el gobierno limitado en su discuro polìtico, si bien es cierto existe en el àmbito acadèmico, aùn no ha dado el salto a la esfera pùblica y mucho menos a la polìtica pràctica.

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  3. Esa 'derecha' liberal que dice el ultimo comentarista hace suya la plena vigencia de una economía de mercado y del combustible del capital para seguir creciendo. No se queda sólo en el liberalismo político.
    [Ese es el gran problema además para el surgimiento de una 'izquierda' verdaderamente moderna: que no pueden reconocer el valor -o el triunfo- del liberalismo económico y sólo se están quedando en el reconocimiento -aunque algunos tibiamente- del liberalismo político]
    Por otro lado aquello de seguir vinculando al mercatilismo como un fenómeno estrictamente de 'derecha' es forzado y tendencioso, ya que lo vemos presente y hasta con mayor intensidad en los regímenes de 'izquierda' por todo el mundo.
    ¿En el gobierno socialista de Velasco no había acaso harto mercantilismo? ¿Que pasó, la 'derecha' también dominó al chino Velasco?

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  4. Estàs en lo cierto, el mercantilismo es un fenòmeno de izquierdas y derechas.

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  5. El mercantilismo es esencialmente ANTI-LIBERAL mi estimado Juan Alonso, con el permiso del buen Jorobado.
    Debo reconocer mi enorme resistencia a que le siga denominando 'neoliberalismo' [como un supuesto contubernio pro mercantilista y de indiferencia ante la pobreza] al necesario liberalismo económico que se inició con las reformas estructurales en la economía peruana en los 90' y que se tuvo que llevar a cabo para sacarnos del desastre económico socialista y populista de los 70' y 80' como se lo comenté a Carlos en otro comentario.
    Slds la bala.

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  6. Precisamente el error en el que perisiten nuestros analistas es en el querer identificar al neoliberalismo (estabilidad macroeconòmica, polìticas de "promociòn" sectoriales, como el Agrobanco por ejemplo, tipo de cambio de flotacion sucia, dizque para evitar la volatilidad, polìticas sociales asistecialistas, etc) con una propuesta liberal clàsica.

    En eso creo que estamos de acuerdo, salvo mejor parecer.

    Saludos.

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  7. Justo vemos ahora un caso de viejo y burdo mercantilismo con los algodoneros -ver editorial de hoy domingo en El Comercio "Papá, cómprame el algodón"- [¿lo mismo será con la papa, el maiz, y el azucar?] Lo interesante es que los que más están piteando técnicamente contra estos engendros son los liberales del IPE -Instituto Peruano de Economía-que son a los que siempre han tachado de 'neoliberales' en el Perú. ¿Algún neoestatista de 'izquerda moderna' piteará en contra de ello con la misma intensidad? lo dudo
    Volteo la página. Gracias
    La bala.

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