Nicaragua me causa constantemente flashbacks. Apagones, asentamientos humanos, polarización política, bancos de filas eternas, baladas melosas de El Buky everywhere. De un momento a otro, me encuentro en el Perú de los ochentas: militantes fanáticos que no han perdido fe alguna en las identidades políticas, banderas rojas y negras cuya proliferación generaría escalofríos a cualquier peruano, la política en las calles, en las plazas, en las “rotondas”… (¿Y si la “revolución” no fuera acaso también un flashback del que no queremos darnos cuenta?).
Cada vez que salgo a la calle, tengo la sensación de no saber a dónde voy. Managua, where streets have no name, es un laberinto de referencias eternas que se rehúsan a pasar al olvido (“de donde fue la casa de los Mejía Godoy, tres cuadras arriba, una y media al lago”). Sin embargo, nuevamente los flashbacks, pero esta vez al rescate del perdido: ese halo de familiaridad que te permite avanzar por la ciudad en medio de bocinazos, de gente que pide limosnas en los semáforos en rojo, de conductores temerarios que desafían un cruce con una mentada de madre en la punta de la boca.
El último flashback fue una canción de un colombiano que me hizo regresar a tu sonrisa, la que espero volver a ver sin pretextos la próxima vez.
Ps. No tengo que contar las crónicas del fin de semana, pues otra blogger ya lo hizo por mí…je, lo que sucede cuando dos bloggers se encuentran. (Debo confesar que solo para "joder" el nickname Peludo, he decido afeitarme y cortarme el cabello).
Cada vez que salgo a la calle, tengo la sensación de no saber a dónde voy. Managua, where streets have no name, es un laberinto de referencias eternas que se rehúsan a pasar al olvido (“de donde fue la casa de los Mejía Godoy, tres cuadras arriba, una y media al lago”). Sin embargo, nuevamente los flashbacks, pero esta vez al rescate del perdido: ese halo de familiaridad que te permite avanzar por la ciudad en medio de bocinazos, de gente que pide limosnas en los semáforos en rojo, de conductores temerarios que desafían un cruce con una mentada de madre en la punta de la boca.
El último flashback fue una canción de un colombiano que me hizo regresar a tu sonrisa, la que espero volver a ver sin pretextos la próxima vez.
Ps. No tengo que contar las crónicas del fin de semana, pues otra blogger ya lo hizo por mí…je, lo que sucede cuando dos bloggers se encuentran. (Debo confesar que solo para "joder" el nickname Peludo, he decido afeitarme y cortarme el cabello).
Esta basura en el fondo es un romantico.
ReplyDeleteMucha palabra en inglés para quien se cree tan cholo y anda jodiendo a medio mundo por no ser pobre y leer a marx.
ReplyDeleteTe la tengo jurada, Jorobado.
ReplyDeleteEl Profesor de Derecho Laboral (del el pais donde no se respetan los derechos laborales)
A ver, seniores, please, no estropeen mis posts feeling, ok? Cuando me meta con los muchachitos del ayer, con las campanias ciudadanas, con los caviares, etc, ahi bacan, metanse con todo, que yo pongo el pecho... pero respeten los sentimientos de un joven estudiante y a la vez trabajador que viaja por el mundo --cuando puede-- con mucha ilusion.
ReplyDeleteSaludos al Profesor de Derecho Laboral, el mas cachudo que haya habido...
no lo decia esa novela, hasta el mas macho de los machos se enamora...
ReplyDeleteay, ninia mala...ay ninia buena...
ReplyDeleteXC
ReplyDeletebuen regreso carlos, hasta una proxima vez...
ReplyDeletehasta una proxima vez, gabriela...
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