La jornada electoral empezó temprano en La Paz. Desde las seis de la mañana, se percibía un intenso movimiento de gente en las calles. Una característica del sistema electoral boliviano es el denominado “voto domiciliario”: los electores no necesitan desplazarse largas distancias para acudir a los centros de votación, sino lo hacen alrededor de sus casas. Ese día todo el transporte público y privado está restringido. Sólo autos oficiales o con autorizaciones especiales pueden circular por las ciudades.
Desde el inicio se daba por hecho la victoria de Evo Morales. Durante la campaña, el mandatario pidió a sus seguidores un apoyo masivo para alcanzar los dos tercios del respaldo electoral y así poder aplicar su modelo socialista. Y logró su dos objetivos. De acuerdo con los resultados a boca de urna, ganó la reelección con el 63% de los votos válidos y también el control del Legislativo: Ipsos Apoyo le dio 24 de 36 escaños en el Senado y Mori 25. Es casi seguro que también logre el dominio en la Cámara de Diputados, conformada por 130 curules. Ante su histórico triunfo, la oposición ya reconoció su vergonzosa derrota.
Evo preveía estos resultados, por eso ya se había animado a hablar de otra re-elección en el 2015: “Constitucionalmente, ésta es mi primera elección”, dijo luego de hacer efectivo su voto.
Cierre eurfórico
Los cierres de campaña el último jueves fueron un anticipo de los resultados. La ciudad de El Alto fue prácticamente tomada por decenas de miles de seguidores de Morales. Sindicatos, federaciones y cooperativas movilizaron a sus miembros hacia la ciudad más poblada de Bolivia. Desde el medio día la zona de La Ceja fue poblándose de seguidores “masistas” quienes aguardaban la llegada del Presidente. Alrededor de las 6 de la tarde, en un helicóptero rojo, Evo Morales, secundado por Álvaro García Linera (su vicepresidente) aterrizaron en los alrededores, produciendo la algarabía sin precedentes.
El discurso de Morales fue hasta cierto punto técnico, ya que se perdía en detalles sobre planes de construcción de carreteras, aeropuertos internacionales y hasta de satélites (se calcula que el próximo año, Bolivia pondrá en órbita el satélite Túpac Katari, abaratando de este modo las tarifas de telecomunicaciones de este país). Contrariamente a lo esperado, hubo poca mención a los programas sociales (“bonos”) que han generado un alto respaldo a su favor. Digamos que, en teoría, fue un discurso por debajo de las expectativas. Pero al parecer, eso no importa dado el alto nivel de empatía entre el pueblo boliviano y su líder.
Cada pausa de su alocución era respondida con un masivo “Evo de nuevo, Evo de nuevo”. El nivel de confianza en Morales puede llegar hasta a niveles incomprensibles. Un asistente al mitin responde: “Si Evo roba no importa, porque el dinero se quedaría en Bolivia…a dónde se lo podría llevar”.
Sin mucha acogida
El panorama era distinto –aunque quisieran negarlo— en las tiendas opositoras. Manfred Reyes (Plan Progreso para Bolivia) hizo un cierre de campaña más modesto en Santa Cruz, mientras corrían rumores sobre su salida del país al día siguiente de la elección. Precisamente, Evo Morales hizo un llamado: “a las Fuerzas Armadas, a la Policía y a los movimientos sociales (sic) para impedir la fuga del candidato opositor”, que según las encuestas no alcanzó llegó al 25% del respaldo electoral. Por su parte, Samuel Doria Medina (Unidad Nacional) finalizó su campaña en un teatro en Tarija, básicamente luchando por repetir su votación del 2005 (13%), aunque esa meta parece lejana.
Esto es lo que se viene en Bolivia: Morales re-electo con un liderazgo consolidado, buscando ampliar su base social en las clases medias (algo impensable hace unos años), con un sistema político de un partido hegemónico (MAS), con un control mayoritario del Legislativo (con la facultad de hacer cambios constitucionales) y con autonomías aprobadas mayoritariamente en 6 departamentos. (Y posiblemente con el satélite Túpac Katari en la órbita terrestre).
Las claves del triunfo
De acuerdo con Luis Garay (IPSOS-Apoyo Bolivia), una de las claves para entender la victoria de Evo Morales es el respaldo de los niveles socio-económicos B y C. Claramente hay una identificación de las clases populares con el presidente re-electo, pero la ausencia de alternativas políticas viables ha hecho que las clases medias se unan paulatinamente al soporte electoral de líder del MAS. No es casual que en las últimas semanas Evo haya enviado mensajes específicos a las clases medias y que su vicepresidente García Linera las convocara a unirse al “proyecto nacional de cambio”.
Nuevo registro
En estas elecciones se estrenó el nuevo Registro Electoral Biométrico, que hasta última hora generó suspicacias tanto por parte de la oposición como del oficialismo. El nuevo padrón registraba fallas sistemáticas (por ejemplo, excluía a las mujeres que se habían registrado con el apellido de casada) y había "observado" la inclusión de un 8% de votantes.
Los ciudadanos inicialmente excluidos se movilizaron ante las sedes de las cortes electorales de cada departamento para exigir su participación. Y, ante la presión social y política, se levantaron las observaciones.
Desde el inicio se daba por hecho la victoria de Evo Morales. Durante la campaña, el mandatario pidió a sus seguidores un apoyo masivo para alcanzar los dos tercios del respaldo electoral y así poder aplicar su modelo socialista. Y logró su dos objetivos. De acuerdo con los resultados a boca de urna, ganó la reelección con el 63% de los votos válidos y también el control del Legislativo: Ipsos Apoyo le dio 24 de 36 escaños en el Senado y Mori 25. Es casi seguro que también logre el dominio en la Cámara de Diputados, conformada por 130 curules. Ante su histórico triunfo, la oposición ya reconoció su vergonzosa derrota.
Evo preveía estos resultados, por eso ya se había animado a hablar de otra re-elección en el 2015: “Constitucionalmente, ésta es mi primera elección”, dijo luego de hacer efectivo su voto.
Cierre eurfórico
Los cierres de campaña el último jueves fueron un anticipo de los resultados. La ciudad de El Alto fue prácticamente tomada por decenas de miles de seguidores de Morales. Sindicatos, federaciones y cooperativas movilizaron a sus miembros hacia la ciudad más poblada de Bolivia. Desde el medio día la zona de La Ceja fue poblándose de seguidores “masistas” quienes aguardaban la llegada del Presidente. Alrededor de las 6 de la tarde, en un helicóptero rojo, Evo Morales, secundado por Álvaro García Linera (su vicepresidente) aterrizaron en los alrededores, produciendo la algarabía sin precedentes.
El discurso de Morales fue hasta cierto punto técnico, ya que se perdía en detalles sobre planes de construcción de carreteras, aeropuertos internacionales y hasta de satélites (se calcula que el próximo año, Bolivia pondrá en órbita el satélite Túpac Katari, abaratando de este modo las tarifas de telecomunicaciones de este país). Contrariamente a lo esperado, hubo poca mención a los programas sociales (“bonos”) que han generado un alto respaldo a su favor. Digamos que, en teoría, fue un discurso por debajo de las expectativas. Pero al parecer, eso no importa dado el alto nivel de empatía entre el pueblo boliviano y su líder.
Cada pausa de su alocución era respondida con un masivo “Evo de nuevo, Evo de nuevo”. El nivel de confianza en Morales puede llegar hasta a niveles incomprensibles. Un asistente al mitin responde: “Si Evo roba no importa, porque el dinero se quedaría en Bolivia…a dónde se lo podría llevar”.
Sin mucha acogida
El panorama era distinto –aunque quisieran negarlo— en las tiendas opositoras. Manfred Reyes (Plan Progreso para Bolivia) hizo un cierre de campaña más modesto en Santa Cruz, mientras corrían rumores sobre su salida del país al día siguiente de la elección. Precisamente, Evo Morales hizo un llamado: “a las Fuerzas Armadas, a la Policía y a los movimientos sociales (sic) para impedir la fuga del candidato opositor”, que según las encuestas no alcanzó llegó al 25% del respaldo electoral. Por su parte, Samuel Doria Medina (Unidad Nacional) finalizó su campaña en un teatro en Tarija, básicamente luchando por repetir su votación del 2005 (13%), aunque esa meta parece lejana.
Esto es lo que se viene en Bolivia: Morales re-electo con un liderazgo consolidado, buscando ampliar su base social en las clases medias (algo impensable hace unos años), con un sistema político de un partido hegemónico (MAS), con un control mayoritario del Legislativo (con la facultad de hacer cambios constitucionales) y con autonomías aprobadas mayoritariamente en 6 departamentos. (Y posiblemente con el satélite Túpac Katari en la órbita terrestre).
Las claves del triunfo
De acuerdo con Luis Garay (IPSOS-Apoyo Bolivia), una de las claves para entender la victoria de Evo Morales es el respaldo de los niveles socio-económicos B y C. Claramente hay una identificación de las clases populares con el presidente re-electo, pero la ausencia de alternativas políticas viables ha hecho que las clases medias se unan paulatinamente al soporte electoral de líder del MAS. No es casual que en las últimas semanas Evo haya enviado mensajes específicos a las clases medias y que su vicepresidente García Linera las convocara a unirse al “proyecto nacional de cambio”.
Nuevo registro
En estas elecciones se estrenó el nuevo Registro Electoral Biométrico, que hasta última hora generó suspicacias tanto por parte de la oposición como del oficialismo. El nuevo padrón registraba fallas sistemáticas (por ejemplo, excluía a las mujeres que se habían registrado con el apellido de casada) y había "observado" la inclusión de un 8% de votantes.
Los ciudadanos inicialmente excluidos se movilizaron ante las sedes de las cortes electorales de cada departamento para exigir su participación. Y, ante la presión social y política, se levantaron las observaciones.
Publicado en Correo, 7 de Diciembre del 2009
"Constitucionalmente es mi primera elección". Eso recuerda a Fujimori y su interpretación auténtica.
ReplyDeleteMejor que saque adelante una reforma constitucional a lo Chávez, con reelección indefinida.
Saludos.
La forma en la que está escrita el texto -en algunas partes- es bien estilo Correo.
ReplyDeleteBolivianos que no saben muy bien donde están, que parece que se movieran por instintos, como si no supieran lo que hacen.
"su vicepresidente"
"La ciudad de El Alto fue prácticamente tomada"
La cita de "un asistente" que de hachazo siembra sospechas.
Negocian los contenidos de los artículos? Quiero decir, las críticas tienen que hacerse, pero en base a exotizar a un pueblo o en dudar?