Las elecciones municipales han dejado de ser los comicios para elegir al "buen vecino". La gestión de la ciudad y de los barrios requiere cada vez más de especialistas y técnicos, y al mismo tiempo involucra a tantos intereses en juego que la elección edil es política, maniobrera, llena de alianzas y traiciones, de tomas y dacas. Lima y sus distritos han dejado de ser aquellos barrios apacibles donde todos se saludan cada vez que se ven y en los que se podía elegir al alcalde en base a un conocimiento directo de los candidatos. La ciudad ha crecido, y al mismo ritmo sus problemas y desafíos, por lo que hay que ver estas elecciones con realismo, y no con los ojos de fan de Oh Diosas: "No voto por ti porque ensucias las paredes con tu cochina publicidad" (nadie hubiera votado por Obama en Chicago entonces) o porque "no voy a soportar que metas al hijo de tu amigote en tu lista" (¿acaso no le pedirías a tu pata chamba para tu sobrino en su empresa?). Si usted, estimado lector, cree que la política es sólo un manual de Frieda Holler, le recomiendo sacar su disco de Chabuca Granda y morirse de nostalgia.
La "política del buen vecino" pertenece a un ayer idílico de señorones que siguen creyendo que la política es la sala de un club social "members only" y que para gobernar un municipio se requiere básicamente de "decencia" (cuando en realidad lo que quieren decir es que "se reserva el derecho de admisión"). El prestigio de las personas obviamente interviene en el desarrollo de unos comicios, pero en realidad otros temas deberían ser más importantes. La personalización de la política es casi siempre "despolitizante": privilegia las aptitudes personales, la experiencia de los candidatos, los valores que asumimos "puros" (como la honestidad). Pero la política no se basa en elegir al "buena gente", sino al que tiene propuestas de gobierno articuladas y creíbles, o al que apunta a la solución sensata de problemas urgentes.
La personalización de la política es potencialmente peligrosa, sobre todo si la reducimos a términos valorativos como la "honestidad" (recuerden el slogan de Fujimori en 1990), que son difíciles de comprobar. Por eso es que la lógica de "elijamos al buen vecino" me parece ya limitada para una ciudad que requiere de políticas públicas metropolitanas en áreas como transporte, seguridad, habilitación urbana, etc. El "buen vecino" es una suerte de muchachito del ayer anacrónico para una ciudad de combis, mototaxis, secuestros al paso, pandillaje, etc. Piense qué es lo más importante para Lima y su distrito, y vote con el dedo medio y no con el meñique.
Publicado en Correo, 10 de Julio del 2010
La "política del buen vecino" pertenece a un ayer idílico de señorones que siguen creyendo que la política es la sala de un club social "members only" y que para gobernar un municipio se requiere básicamente de "decencia" (cuando en realidad lo que quieren decir es que "se reserva el derecho de admisión"). El prestigio de las personas obviamente interviene en el desarrollo de unos comicios, pero en realidad otros temas deberían ser más importantes. La personalización de la política es casi siempre "despolitizante": privilegia las aptitudes personales, la experiencia de los candidatos, los valores que asumimos "puros" (como la honestidad). Pero la política no se basa en elegir al "buena gente", sino al que tiene propuestas de gobierno articuladas y creíbles, o al que apunta a la solución sensata de problemas urgentes.
La personalización de la política es potencialmente peligrosa, sobre todo si la reducimos a términos valorativos como la "honestidad" (recuerden el slogan de Fujimori en 1990), que son difíciles de comprobar. Por eso es que la lógica de "elijamos al buen vecino" me parece ya limitada para una ciudad que requiere de políticas públicas metropolitanas en áreas como transporte, seguridad, habilitación urbana, etc. El "buen vecino" es una suerte de muchachito del ayer anacrónico para una ciudad de combis, mototaxis, secuestros al paso, pandillaje, etc. Piense qué es lo más importante para Lima y su distrito, y vote con el dedo medio y no con el meñique.
Publicado en Correo, 10 de Julio del 2010
Ahora postula el buen corrupto.
ReplyDeleteLa corrupción es tan antigua como la política misma.
ReplyDeleteHum. Creer que la honestidad es otro remilgo más de las pitucas del Pío Chicken es perder de vista muchas cosas importantes de la misma vida política en tanto interacción social. No te conviertas en el doctor Frankenstein, mi estimado Jorobado: la ciencia política no es una ciencia natural.
ReplyDeletesi Asamoah Gyan no fallaba ese penal Ghana hubiera jugado la final, pero eso a quien le interesa, mejor sigamonos informandos de las ohdiosas y de la columna de frida choller
ReplyDeleteJorobado, tu crítica a la visión idilica del ayer electoral municipal es a su vez idílica pues hace mucho, muchísimo tiempo que las elecciones en Lima dejaron de pasar por el conocimiento directo de los alcaldes o candidatos, hasta creo que ni eso había pues, a modo de ejemplo, los alcaldes de Jesús María o Lince, no provenían de los sectores más populares de esos distritos si no del lado opuesto de la geografía local y tal vez fueran conocidos pero de lejitos.
ReplyDeleteIvo, checa las columnas de opinión de la semana pasada y verás por qué escribí esta columna. Gracias por comentar.
ReplyDeleteo porque "no voy a soportar que metas al hijo de tu amigote en tu lista" (¿acaso no le pedirías a tu pata chamba para tu sobrino en su empresa?).
ReplyDeleteacaso?
El plan de gobierno es fundamental. Pero de todas maneras el componente ético debe tomarse en cuenta, estimados. Es decir, si ya conozco al ladron y sus mañas, darle otra oportunidad seria ilogico.
ReplyDeletePor otro, un candidato X puede presentar el mejor plan de gobierno que nadie haya visto pero depende de X si puede cumplirlo. Creo que allí si interviene el factor personal, sus aptitudes y su experiencia, así como de la gente que esta rodeada.
Sí, Fujimori era "honestidad" así como tambien despues fue "robó pero hizo obra".
San Isidro: Siempre de Pie, Nunca de Rodillas!
ReplyDeleteEn realidad identificar "propuestas articuladas y creibles" creo que resulta aun mas complicado que optar por "el buena gente". Los planes de trabajo son tan gaseosos que bajo esos lineamientos puede entrar casi cualquier tipo de politica publica. Ademas, a la hora de la hora o los politicos incumplen deliberadamente lo que propusieron, o el dia a dia de la gestion publica les gana (posiblemente por inexperiencia sobre lo que es gestionar en el sector publico.
ReplyDeleteCreo que antes de esas dos cosas es importante saber que cuentan con un aparato politico que soporte tecnicamente las decisiones que se tomen.
El innombrable alcalde de miraflores ademas de atentar con la juventud de color no tan clara, en el colmo de rasgos homófobicos de cerrar una discoteca de ambiente, ahora pretende vetar la concurrencia de público al malecón. Enn la vida votaría por él de nuevo.
ReplyDeleteel estereotipo del buen vecino ha pasado por el grito de las comadres contándose chismes de callejón al son de vecina vecina!!!!! a que no sabes la última!!!!!!!
ReplyDelete(parodia vista en recargados de risa, interpretando a la vecinas por Ernesto Pimentel y Martin Farfán)