Saturday, July 3, 2010

"Yo debería ser Presidente"

Alfredo viaja por la Panamericana Norte en su camioneta del año y mientras contempla los resucitados valles costeños reflexiona sobre el país como si fuera su chacra: habría que hacer lo mismo en otras zonas, esto más y aquello otro. Javier entra a su despacho todas las mañanas y saluda sin sonrojarse al cálido aplauso de los ayayeros-de-un-solo-terno que pululan en los pasadizos de desgastadas oficinas estatales. Cree que tiene la mano dura, la voz fuerte y la cara de malo para gobernar un país de enclenques. Hernando reúne a 60 microempresarios "exitosos" en un telo viejo en Ancón (si realmente lo fueran no estarían con él) y piensa que por rodearse de cholos ya puede convertir el país en un reality de Pymes. Mercedes evalúa que ha salido ya tantas veces en Ellos y Ellas y que a punta de horas invertidas en salones de belleza, cirugías y gimnasios ya alcanzó el nivel de regia necesario como para que le quede bien "fit" la banda presidencial.

Estos cuatro personajes sacados de la ficción de las fiebres electorales guardan, con seguridad, parecido con cualquier aspirante a "outsider" de nuestro volátil sistema político. ¿Se ha puesto a pensar, estimado lector, lo papayita que resulta tentar el sueño de Palacio de Gobierno que ya ni siquiera se requieren de méritos reales para asumir la máxima responsabilidad política del país? ¿Se ha preguntado qué diablos ha pasado en nuestro país que no se necesita de partidos pero ya ni siquiera de un micrófono o programa de televisión para soñar con mudarse a la Plaza Mayor? ¿Cómo es posible que líderes de utilería, galanes de medio pelo, gente que no le ha ganado a nadie, se atreva siquiera a confesarse frente al espejo: "Yo debería ser Presidente"?

La teoría política nos ha enseñado que había una vez cuando las élites políticas tenían incentivos para invertir en la construcción de partidos para poder acercarse a los electores. Pero como todo cambia, en las últimas dos décadas mediáticas estas mismas élites tienen menos incentivos para hacerlo, porque pueden vincularse con el electorado prescindiendo de organizaciones intermedias, dejando la plaza vacía e invadiendo las pantallas de televisores y ordenadores. Pero en el Perú ya ni siquiera eso. Basta un improvisado, que por delirios de grandeza causados por heredar un apellido con nombre de calle o por estar rodeado de felpudinis, se cree el salvador de un país que apenas conoce por postales. La irresponsabilidad es insultante cuando se cree que en dos patadas se cocina una candidatura presidencial. La próxima vez que se miren al espejo, no deberían preguntarse si son presidenciables, sino debería darles vergüenza.

Publicado en Correo, 3 de Julio del 2010

10 comments:

  1. alfredo... barrenechea?
    bueno,y si no es,
    ese alfredo del que escribes no es tan conocido como para que adivine de quién se trata.

    yo votaría por ti, jorobado

    ja

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  2. Figúrate que hasta Aldito, el pulpo psíquico, quiere ser presidente.
    Saludos.

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  3. este post tiene en el fondo un nombre y se llama FACILISMO, pues es lo que el peruano quiere las cosas faciles, si en cambio las cosas son dificiles, como deberian ser, entonces no le interesa y no le da bola.

    la cultura del facilismo

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  4. "Ningún partido político me ha invitado todavía..." Que roche...

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  5. Excelente análisis sobre la distracción mediática coyuntural. que por cierto ya llega octubre, mes de los turrones .....

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  6. concuerdo con el simple pero directo post del facil, derecho y certero.

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  7. Mi estimado Jorobado hay que recordar el derecho fundamental que tienen todos los peruanos con solo tener 35 años para tentar la presidencia, asi como solo se requiere de 25 años para ser congresistas y 18 para ser alcalde.
    Pero coincido contigo en que para ser presidente no solo basta ser regio, popular o fotogenico, hay que crear institucionalidad y fortalecer el sistema de partidos.

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  8. Salud

    Lo triste no es que Menganito se crea capaz de ser presidente (sin programa, sin conocer el país, sin nada más que su buena voluntad -en el mejor de los casos-), lo triste es que Menganito PUEDE ser presidente sin nada de eso. Y eso se debe, básicamente, a que esos "outsiders" que mencionas SÍ pueden obtener votos y llegar a presidentes y tener, encima, aprobación popular al margen de lo que hayan hecho en ese cargo (o a pesar de, más bien).

    Por lo demás, concuerdo con lo expuesto en el artículo.

    Hasta luego ;)

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  9. candidatos con el mismo discursito cagón: Agua pa tu asentamiento Desague pa tu mojón!

    Malapatria!

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Lo que tu me deseas, te deseo el doble: