Thursday, August 11, 2011

Pistolas sin ideas

La seguridad pública y la izquierda.

Cuando el gobierno de Ollanta Humala se plantea resolver la inseguridad ciudadana, la pregunta de fondo es si un gobierno de izquierda está preparado para enfrentarla. A la derecha le queda claro el tipo de intervención y es más, siempre ha enarbolado el tema de seguridad en sus plataformas políticas, al punto que se le asocia a una forma de solucionar estos problemas. En América Latina, ante amenazas a la seguridad pública, proyectos políticos de derecha lograron construir respaldo popular en base a una respuesta represiva, militarizada y de mano dura ante los peligros de violencia, ya sean de carácter subversivo o delincuencial. Fujimori y Uribe son los más claros ejemplos de cómo, por un lado, una respuesta gubernamental a la violencia puede capitalizarse políticamente, pero a la vez, de cómo el monopolio de la violencia puede desbordar al propio Estado y convertir a éste en un agresor más.

¿Qué puede ofrecer un gobierno de izquierda como solución a la inseguridad? Un informe de INFOS compara el ofrecimiento del candidato Humala en estos temas. En el Plan de Gobierno de GANA Perú se propugna “una visión progresista” de la seguridad ciudadana, centrada en la prevención del delito por encima del control y la represión. Es decir, comprender sus causas en problemas estructurales de la sociedad tales como pobreza y marginación. Por ejemplo, el congresista oficialista Javier Diez Canseco plantea “construir una sociedad con valores distintos al neoliberalismo salvaje…familias con una vida decente y sin las brutales inequidades y exclusiones de hoy” (sic). Por otro lado, en la Hoja de Ruta se planteaba un enfoque centrado en el incremento de recursos tanto humanos como de infraestructura para la lucha contra la delincuencia. El ofrecimiento del Ministro del Interior Valdez de disponer el cuerpo policial exclusivamente a asuntos de seguridad pública y de mejorar el sistema de inteligencia abonan a la vertiente represiva que es más de lo que ya hemos tenido en los últimos años, y no marca diferencia con los fracasos de los gobiernos anteriores en esta materia.

¿Existe una tercera vía en materia de seguridad? Se debe plantear el tema de la seguridad estrechamente vinculado con el de presencia del Estado. La exclusión no es solo económica y social, sino también de protección estatal que debe brindar el gobierno. El camino de la privatización de la defensa ante la inseguridad (services privados) tiene altas probabilidades de degenerar y de que se vaya de las manos a sus impulsores. Y presencia estatal en materia de seguridad no es solamente más comisarías y policías; sino, por un lado, una burocracia civil especializada (y no repleta de ex agentes de inteligencia) y, por otro, preciso ejercicio del Estado de Derecho, lo cual implica un trabajo coordinado entre Interior y Justicia, pero también con un Poder Judicial más dinámico en el procesamiento de las sanciones.

La respuesta progresista es bien intencionada, pero parte de la premisa que tiene que cambiar al mundo primero. La respuesta militarizada –no es casual el número importante de ex militares en el Ejecutivo—es efectista y parcial. Una combinación de ambas (que es lo que hasta ahora representa Humala) no es suficiente para un problema que viene creciendo en perjuicios y preocupación, sino se piensa este sector en términos de inclusión estatal. No bastan más pistolas, si no hay nuevas ideas.

Publicado en Correo Semanal, 11 de Agosto del 2011.

2 comments:

  1. O sea, el conexto se pone a la izquierda y tu dejas de criticar a la caviarada y ahora criticas a la derecha... :O.

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  2. La respuesta "progresista", mas que bien intencionada, es falaz: "mientras el mundo no cambie habra delincuencia". El delincuete comun como transgresor de las "convenciones burguesas" y hasta como rebelde social: la tesis puede ser un vacilon en universidades gringas, pero se estrella ante los linchamientos en los conos de Lima (por no hablar del sincero afecto de las masas de Trujillo hacia los "escuadrones policiales de la muerte").

    Tal vez el enfoque de Humala va por un tema mas de "mano dura" puramente militar: eso satisface a las masas urbanas que temen y rechazan a la delincuencia (nuestros "progres" creian que solo debes asustarse de la delincuencia si eres gerente de una transacional. Si no, "comprende la rebeldia").

    Otra izquierda mas populista se ha unido a la derecha tradicional en sus planteamientos: se habla de construir mas carceles, acumular las penas de prision y negar beneficios a reincidentes. La izquierda peruana (o al menos, la parte de ella que ahora acompaña al nuevo gobierno) ha cambiado de banderas, notando que la respuesta de "represion derechista" es aclamada por la mayor parte de las masas populares (donde los planteamientos de la izquierda tradicional son despreciados). ¿Traicion a los principios? No creo, tal vez solo aceptacion de un escenario social donde la realidad "mete bala" a los textos clasicos. Podriamos preguntar a Lula, tal vez, por qué decidió meter tropas y tanquetas a las favelas (y las implicacias de ello en la eleccion de Dilma).

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