Ahora sí sobre Melissa Patiño
Hace unos días me excedí con un comentario al paso sobre Melissa Patiño, del cual reconozco mi torpe error. Pero una vez que ya he fijado una posición sobre el indignante tratamiento que el gobierno y sus aliados vienen haciendo del tema del “terrorismo”, quisiera hacer un par de preguntas sobre el “fenómeno Patiño”.
Víctimas inocentes hay todos los días. Personas acusadas injustamente de “terrorismo” también. Pero, ¿por qué algunos casos movilizan la consciencia colectiva de ciertos sectores de la sociedad y otros no? Con ello no quiero decir que el caso de Patiño no merezca la atención debida, ni tampoco criticar a los activistas y ciudadanos que se han unido a esta causa, sino pregunto –más como un analista sorprendido--, ¿por qué unos casos de injusticia son más sensibles de otros?, ¿por qué, si en el caso que mencionamos fueron detenidas varias personas del mismo modo “injusto”, la indignación se concentra en Patiño y no tanto en Azparrent (de Patria Roja), y absolutamente nada en Roque Gonzáles (“ex emerretista”)? ¿El hecho que uno tenga antecedentes, otra tenga militancia conocida y la otra sea joven (aunque los tres mayores de edad) lo hacen diferentes ante la indignación social?
Por lo poco que sé --corríjanme por favor si me equivoco-- las circunstancias del arresto de estos tres peruanos (entre otros) fueron las mismas. ¿Cuál es la diferencia para el consciente colectivo de los peruanos: la juventud de Patiño, su status de “poeta” (del que yo no sé nada), su identidad como activista de grupos culturales, sus redes sociales con grupos progresistas? ¿O es que Patiño es una suerte de “niña símbolo” y lo que hay detrás es todo un movimiento para la liberación de injustamente presos por “terrorismo”?
La acción colectiva en base a causas de injusticia es un tema interesante para los estudiosos de los movimientos sociales, precisamente porque en contra de los defensores de aproximaciones más “racionales” (movilización de recursos, "rational choice"), demuestran que la gente se moviliza no sólo por “incentivos selectivos” ni porque espera una retribución a cambio de, sino también por simple indignación. Pero ahí nos topamos nuevamente con la pregunta: ¿por qué unos casos indignan y movilizan más que otros??? Como ven, tengo más preguntas que respuestas y los animo a debatir el tema.
Reitero que estoy muy de acuerdo con las críticas (por fin!) al tipo de periodismo amarillesco y arbitrario. Pero para calentar un poco el debate, les copio una “crónica” que un joven ex alumno de Ciencia Política pero recorrido activista me envió voluntariamente sobre el “plantón” frente a Frecuencia Latina. Puede ser un poco ácido, pero creo que ayuda a un poco a cuestionar los parámetros de lo “políticamente correcto” que construimos diariamente los peruanos:
“…me referiré a tu último post, en el que mencionas velozmente a Melissa P. Luego de leer respuestas y aclaraciones, digo, con la mano en el pecho y consciente de mi militancia: a mi también me tiene cojudo Melissa Patiño. Así: co-ju-do. No pensé que tu post causaría tanto revuelo en el gallinero. Nadie se acordará de Patiño, jamás. ¿Acaso alguien se acuerda de Fernando Lozano? ¿No? ¿Tú tampoco, y eres más viejo? Y eso que a él lo mataron. Esta nueva epidemia izquierdocilla de "Liberen a la poeta con cara de mapache" me da un poquito de... como si alguien arañara la pizarra. Roque Gonzáles, jódete; Azparrent, muere; Melissa, freeeeeeeeeeeeeeeeeeedooooooooooooom.
Fui al plantón de sapo y para meterle un poquito de pierna fuerte al asunto, y me encontré con graciosas muchachas rubias que coreaban consignas de manera desentonada, blanquiñosas de "Un Techo para mi país", pastrulos harapientos que dicen ser artistas pero que escriben penosamente -conozco a varios-, alguna gente de Católica que cantaba canciones como si fuera un cumpleaños... y el resto eran mis amigos de Patria Roja, Agraria, San Marcos y del P, así que de ellos no rajaré :) La verdad... cómo te digo... es decir, sabemos qué es ese fenómeno de esa gente yendo a reclamar y que lo ve casi como caridad -algún maoísta amigo mío dijo "muestra caritativa de su filantropismo pequeñoburgues"- y cómo causa cierto escozor... ya, esos son, eso es. Futuros caviares, por decirlo de manera vulgar.
La gente está muy sensible acá. Mucho amariconamiento, diría alguien. Falta humor negro. La izquierda en política es muy mediocre: aburre por momentos. La política nacional también es aburrida, casera... Quizá por ello estoy buscando "Los origenes..." de Barrington Moore, pero no lo encuentro para comprar así que lo fotocopiaré. Seguiré con "Partidos y sistemas de partidos" de Sartori, porque si no me aburro, ya que solo llevo dos cursos -casi egresado”.
(foto: Kolumna Okupa de Rocío Silva Santisteban)
Víctimas inocentes hay todos los días. Personas acusadas injustamente de “terrorismo” también. Pero, ¿por qué algunos casos movilizan la consciencia colectiva de ciertos sectores de la sociedad y otros no? Con ello no quiero decir que el caso de Patiño no merezca la atención debida, ni tampoco criticar a los activistas y ciudadanos que se han unido a esta causa, sino pregunto –más como un analista sorprendido--, ¿por qué unos casos de injusticia son más sensibles de otros?, ¿por qué, si en el caso que mencionamos fueron detenidas varias personas del mismo modo “injusto”, la indignación se concentra en Patiño y no tanto en Azparrent (de Patria Roja), y absolutamente nada en Roque Gonzáles (“ex emerretista”)? ¿El hecho que uno tenga antecedentes, otra tenga militancia conocida y la otra sea joven (aunque los tres mayores de edad) lo hacen diferentes ante la indignación social?
Por lo poco que sé --corríjanme por favor si me equivoco-- las circunstancias del arresto de estos tres peruanos (entre otros) fueron las mismas. ¿Cuál es la diferencia para el consciente colectivo de los peruanos: la juventud de Patiño, su status de “poeta” (del que yo no sé nada), su identidad como activista de grupos culturales, sus redes sociales con grupos progresistas? ¿O es que Patiño es una suerte de “niña símbolo” y lo que hay detrás es todo un movimiento para la liberación de injustamente presos por “terrorismo”?
La acción colectiva en base a causas de injusticia es un tema interesante para los estudiosos de los movimientos sociales, precisamente porque en contra de los defensores de aproximaciones más “racionales” (movilización de recursos, "rational choice"), demuestran que la gente se moviliza no sólo por “incentivos selectivos” ni porque espera una retribución a cambio de, sino también por simple indignación. Pero ahí nos topamos nuevamente con la pregunta: ¿por qué unos casos indignan y movilizan más que otros??? Como ven, tengo más preguntas que respuestas y los animo a debatir el tema.
Reitero que estoy muy de acuerdo con las críticas (por fin!) al tipo de periodismo amarillesco y arbitrario. Pero para calentar un poco el debate, les copio una “crónica” que un joven ex alumno de Ciencia Política pero recorrido activista me envió voluntariamente sobre el “plantón” frente a Frecuencia Latina. Puede ser un poco ácido, pero creo que ayuda a un poco a cuestionar los parámetros de lo “políticamente correcto” que construimos diariamente los peruanos:
“…me referiré a tu último post, en el que mencionas velozmente a Melissa P. Luego de leer respuestas y aclaraciones, digo, con la mano en el pecho y consciente de mi militancia: a mi también me tiene cojudo Melissa Patiño. Así: co-ju-do. No pensé que tu post causaría tanto revuelo en el gallinero. Nadie se acordará de Patiño, jamás. ¿Acaso alguien se acuerda de Fernando Lozano? ¿No? ¿Tú tampoco, y eres más viejo? Y eso que a él lo mataron. Esta nueva epidemia izquierdocilla de "Liberen a la poeta con cara de mapache" me da un poquito de... como si alguien arañara la pizarra. Roque Gonzáles, jódete; Azparrent, muere; Melissa, freeeeeeeeeeeeeeeeeeedooooooooooooom.
Fui al plantón de sapo y para meterle un poquito de pierna fuerte al asunto, y me encontré con graciosas muchachas rubias que coreaban consignas de manera desentonada, blanquiñosas de "Un Techo para mi país", pastrulos harapientos que dicen ser artistas pero que escriben penosamente -conozco a varios-, alguna gente de Católica que cantaba canciones como si fuera un cumpleaños... y el resto eran mis amigos de Patria Roja, Agraria, San Marcos y del P, así que de ellos no rajaré :) La verdad... cómo te digo... es decir, sabemos qué es ese fenómeno de esa gente yendo a reclamar y que lo ve casi como caridad -algún maoísta amigo mío dijo "muestra caritativa de su filantropismo pequeñoburgues"- y cómo causa cierto escozor... ya, esos son, eso es. Futuros caviares, por decirlo de manera vulgar.
La gente está muy sensible acá. Mucho amariconamiento, diría alguien. Falta humor negro. La izquierda en política es muy mediocre: aburre por momentos. La política nacional también es aburrida, casera... Quizá por ello estoy buscando "Los origenes..." de Barrington Moore, pero no lo encuentro para comprar así que lo fotocopiaré. Seguiré con "Partidos y sistemas de partidos" de Sartori, porque si no me aburro, ya que solo llevo dos cursos -casi egresado”.
(foto: Kolumna Okupa de Rocío Silva Santisteban)
9 Comments:
Hola Carlos:
Lo de Melissa Patiño, como señalas, no moviliza por ella misma. Ella se ha convertido en una víctima "símbolo". La idea es llamar la atención y criticar la tendencia autoritaria que está asumiendo el gobierno en algunos temas (mientras Chichi hace de "policía de las ideas").
Si es ella la que moviliza y no otros (Azparrent o Gonzáles), es porque mediante su caso se puede graficar la arbitrariedad del accionar de la policía, llevandola casi a la caricatura. Por eso se resalta permanentemente a Patiño como "la joven inocente", "la poeta" o "la culturosa", una persona inocua de la que no cabría sospecha alguna. "¿Tan extrema se ha vuelto la lógica del gobierno que hasta esta chica absolutamente inocente cae como víctima de ella?" Esta idea no la podrían encarnar los otros detenidos.
Si quieres, su figura sirve como punto de apoyo para concentrar la indignación en una figura simbólica, que encarna una versión radical (por absurda) de lo que se quiere criticar: la criminalización de la protesta y del pensamiento disidente.
Hola Carlos,
Varias cosas.
1. El caso de Melissa era el más indignante por su casi nula relación con el resto de la delegación de la CCB. Lugar equivocado en el momento equivocado y reclusión desproporcionada. En el país hay miedo y la gente, aunque debiera, no se mueve sólo por la presunción de inocencia, sino que quiere determinar si una persona es inocente o no antes de mover un dedo por alguien. Así fue la defensa del IDL, equivocada como señalé oportunamente. Si hay la más mínima sospecha de que alguien es terrorista, es menos probable que se muevan por esa persona, más aún si el gobierno te puede acusar de "co-terrorista". El tema del sesgo hacia Melissa habría que trasladárselo a la sociedad peruana en su conjunto. No sólo es un tema de activistas.
2. El primer grupo que sale a manifestarse por ella es el de sus amigos poetas y escritores que la conocían, que no están muy al tanto de lo que es la CCB. Sólo que están convencidos de la inocencia de Melissa. En vez de preguntar ¿por qué no protestaron por todos y lo hicieron sólo por Melissa? podríamos preguntar ¿dónde estaban los amigos de Carmen? ¿y los de Roque? ¿Por qué no se movieron tan rápido como los amigos de Melissa? Las protestas por ellos vinieron después, poco a poco. Creo que había que verlo en forma más complementaria que opuesta. Antes que condenar a los que salieron por Melissa, habría que reconocer que su temprana acción ayudó a que la gente se animara a decir algo por los otros detenidos.
3. El siguiente caso sonado además del de Melissa fue el de Carmen Azparrent. Un caso visible también por que es familiar de una víctima de Sendero Luminoso. Que ahora la acusen de estar en una organización donde está Sendero no tiene sentido. Que la recluyan en una prisión donde están las senderistas es sublevante a cualquier conciencia que tenga un minimo de sentido de justicia.
4. De Roque Gonzales no sabemos mucho, salvo las versiones oficiales. En este post comento sobre su denuncia a los paramilitares en el Perú y cómo en agosto de 2007 fue amenazado. Podemos hablar del principio de presunción de inocencia en todos los casos, pero es mejor saber más sobre los trasfondos existentes en estos casos.
5. Y si lo ampliamos de Melissa a los siete, ahí no acaba la cosa. Luego viene (ver comentarios en el GCC) la crítica: ¿Y los achuares detenidos? ¿Y los de Majaz? ¿Y los muertos en el paro? Los convocantes a la manifestación ante Frecuencia Latina fueron ampliando la convocatoria. Está bien, hay que protestar por todo, pero siempre hay una razón principal. No tiene por qué haber una sola protesta siempre por todo lo que ocurre. La protesta ante FL fue por la indignación ante el reportaje de Valenzuela-Hildebrandt.
6. Creo que es importante sumar. Si hay gente de clase media que se moviliza ante una arbitrariedad, eso es bueno. Si son mayoría y uno cree que debe ir más gente proletaria, pues a moverse por ello. Esto es similar al tema de Melissa y por qué sólo o más por ella y no por otros.
7. He venido siguiendo el tema, y se trata de un tema serio. Desde el comienzo incidí en los siete (como en los otros casos), en la crítica a la primero lenta y luego sesgada defensa de Melissa, en señalar el clasismo y racismo en estas detenciones (comparemos el caso de Melissa Patiño con el de la española Isabel Gómez), en realidad aplicable a todo el grupo. No son "izquierdistas caviares", a quienes les cae la burla de las derechas, sino proletarios, por lo que les cae de frente la acusación de terroristas. En fin, muchas cosas.
Saludos,
Sílvio
Hola otra vez!
Me impresiona que utilices esto de “consciencia colectiva”… ¿Es un nuevo concepto que se utiliza en Ciencia Política? Imagino que no y es una lástima.
Para responder a una de tus tantas preguntas creo que solo me bastaría enviarte el pronunciamiento de los grupos que organizaron y convocaron a este plantón, a quienes felicito por el esfuerzo y la valentía para organizar no solo este plantón. Menciono esfuerzo porque no es fácil organizar un plantón entre grupos que no se conocen mucho, algunos grupos más nuevos que otros, que no están de acuerdo en varios temas, pero que a pesar de todo esto se unen por una causa común. Y son valientes porque sé que también corren el riesgo de ser tildados de terroristas y aun así se movilizan, a pesar de estar en medio de una atmósfera de miedo (y no exagero). También es necesario señalar lo complicado que puede ser organizar a todos los grupos y personas que se suman al plantón, sobre todo cuando solo van con el ánimo de figurar y mover sus banderas.
Los motivos del plantón fueron muchos y el “reportaje” que sacó el programa de la chichi fue el gotón que derramó el vaso. El plantón no solo fue para defender a Melisa Patiño que puede ser calificada como el símbolo de la protesta. Y sí, deberíamos no sólo indignarnos por muchas otras injusticias y atropellos de este gobierno, pero sabes se necesita que más gente se involucre ¿no crees? Entonces la pregunta sería ¿por qué algunos se indignan y movilizan más que otros?
A tu ex alumno de Ciencia Política ya le respondí y seguiremos conversando como siempre, así que no lo haré por esta vía.
Te envío el pronunciamiento a tu correo a ver si lo posteas. Pero aquí los motivos del plantón:
El asesinato de cuatro campesinos durante la represión contra el Paro Agrario de febrero, y las detenciones y la brutal respuesta policial frente a las recientes protestas en Pichanaki y Andoas;
La detención de siete ciudadanas/os bajo cargos de terrorismo por el “delito” de haber participado de un evento público realizado en la ciudad de Quito; y la apertura de procesos también por terrorismo contra 28 ciudadanos que organizaron la consulta popular sobre la explotación minera en la sierra de Piura;
Los reiterados episodios de represión y censura contra artistas y trabajadores de la cultura, por ejemplo las recientes agresiones que han tenido lugar en el Jirón Quilca y alrededores;
La persecución judicial contra líderes campesinos, indígenas, sindicales y de diversos sectores que tiene lugar a lo largo y ancho del país;
El permanente hostigamiento y las trabas puestas a la organización de la Cumbre de los Pueblos, espacio amplio y democrático para pensar alternativas al modelo económico neoliberal;
Los ataques mediáticos contra el diario La Primera a raíz de sus investigaciones del supuesto surgimiento de un escuadrón parapolicial para amedrentar a las organizaciones sociales;
El ataque contra la Asociación Pro Derechos Humanos (APRODEH) tras emitir de manera legítima su opinión acerca de que el fantasma del terrorismo está siendo usado como excusa para reprimir la protesta social;
Y el sicosocial lanzado la semana pasada por la señora Cecilia Valenzuela en su programa de televisión en canal 2, para exacerbar el miedo de la población y justificar la arbitraria detención de Melissa Patiño.
Saludos,
Liliana.
rodrigo respondió muy bien y concreto. la idea es esta:
*
"¿Tan extrema se ha vuelto la lógica del gobierno que hasta esta chica absolutamente inocente cae como víctima de ella?" Esta idea no la podrían encarnar los otros detenidos.
*
ahí está. es un buen ejemplo, lo que no desmerece los otros casos.
a ver. enfoquemos esto como un spin doctor, desde un punto de vista cínico y frío.
igual la cosa es sencilla. el caso de Patiño es periodísticamente "sexy": todos los elementos de una historia trágica y absurda, en la que la protagonista es evidentemente una víctima de las circunstancias.
quizás eso es lo que ha llamado más la atención (y, claro, la movilización de sus colegas escritores).
efectivamente, hay casos, como el de carmen azparrent en el que las evidencias de inocencia son tan o más abundantes que en el de Patiño, pero como la Azparrent sí es de izquierda, su caso está más "contaminado", no es tan sexy, no es un ejemplo tan "puro" como el de Patiño.
pero, olvidándome de que soy periodista y siguiendo en fase de analista de medios, coincido contigo en que, por el riesgo de cansar al público, quizás habría que despatiñizar y deschichizar la protesta. mmm... si te ocurre una forma efectiva de despatiñizarla y deschichizarla, avisa.
saludos y linkea pessss
Sí, claro. Quien trabajó con Chichi pide deschichizar y que aquel que lo deschichice buen deschichizador será....
ola Mel, copio lo q puse en el post anterior y pongo alguna informacion sobre Roque Gonzales que parece no es muy conocido por los blogeros y no lo culpo jeje
1. De fondo esta el tema de la "reconciliacion nacional" cometido que la CVR no pudo ni lograr lejanamente. En primer lugar propuso un esquema de Victimas (el pueblo) y victimarios (los terroristas) donde la complejidad telatada en tres mil paginas queda reducida a su minima expresion...¿Que pasa cuando los subversivos fueron victimas (las mujeres presas por terrorismo saben harto de eso) ¿que pasa cuando alguien cumple su condena y quiere hacer politica, como se lo reintegra? Ni la CVR ni ninguna agrupación política tuvo ni tiene una propuesta al respecto. Y asi cuando de pronto algo sale de ese esquema víctima- victimario pues solo queda apelar a los reflejos mas reaccionarios, eso paso cuando la CIDH ordeno una compensacion para los senderistas fusilados en Canto Grande...quien fue la victima ahi..Es un esquema insostenible pero al parecer todas y todos nuestros políticos lo han asumido como el único valido.
2. Lamentablemente el fujimorismo primero y ahora el APRA consiguieron mucho exito en construir al "inocente" como unico sujeto de derechos. El movimiento de derechos humanos sigue esta misma logica: tienes que demostrar una carta de inocencia antes de que asuman tu defensa. Aun recuerdo a muchos familiares que iban a una conocida ONG donde trabaje y sus casos eran rechazados -aunque sus hijas hubieran sido violadas y torturadas hasta el cansancio- por ser demasiado sospechosos de "terrorismo"...si los defensores de los dh los relativizan asi que se puede esperar de los menos comprometidos. Y esto aplica a la política si quieres ser exitoso tienes q decir que Sendero y el MRTA fueron terroristas y certificar inocencia aunque esto implique hacer el rídiculo como Yehude Simons, q sonaria mas inteligente si dijera que efectivamente milito en el MRTA y que eso no lo invalida para hacer politica.
3. Ya es momento de sincerar la historia reciente y exigir al gobierno que pare con la paranoia y la persecusion "preventiva" de ideas y dirigentes radicales.
El ultimo bolondron por el tema del MRTA y la lista de la UE no hizo mas que poner al descubierto lo lejos que estamos de dar un paso adelante y asumir que el terrorismo YA NO puede ser utilizado como pretexto para la coercion y la represion. Demostró tambien que es necesario ampliar la democracia e incorporar a gente que quiere ejercer una actividad política -por mas radical o poco alternativa que sea y no nos guste- sin estigmatizarla como ex emerretista o ex terrorista, como es el caso de Roque Gonzales. Roque es un viejo amigo mio san marquino que tras salir de la carcel el 2005 trabajo como periodista en distintos periodicos como Nuestra bandera y otros de nuestra vario pinta izquierda local. Tambien trabajo conmigo en el artículo que escribi sobre el APRA en el texto de Participación ciudadana editado por Romeo. Fue una grata experiencia trabajar con él, pues siendo ex aprista nos ayudo mucho a hacer el trabajo de campo en un circulo tan cerrado como es el APRA. Puedo dar fe de sus esfuerzos "re insertarse a la sociedad" tras diez años preso y de lo lejos que esta de ser parte de un eje de mal CCB FARC y el inexistente MRTA, absurda tesis sacada de la manga por la policia.
cariños
Anahi
Entonces cuáles son los elementos que ayudan a hacer de un caso de inocencia y abuso, movilizable? Al parecer dos: su importancia simbólica y las redes sociales.
La importancia simbólica (como dice Rodrigo) es vital en el caso de Patiño, porque demuestra la gravedad del abuso gubernamental, lo que le hace “punto de apoyo para concentrar la indignación”. Lo mismo lo resaltan Silvio (“su nula relación con el CCB” y desde una visión más pragmática Ocram (esa importancia “simbólica” hace que el tema sea periodísticamente “sexy”)
El segundo factor son las redes sociales (“los amigos que salieron a protestar”, de acuerdo con Silvio). Las redes sociales de los grupos culturosos (la movida cultural) están bien enlazadas y tienen experiencia y trajín. Pero también hay que pensar si los amigos de Azparrent o de Roque pueden o no salir a protestar con tanta libertad (si lo hacen podrían ser acusados de “terroristas”). Pero de acuerdo en que hay que verlo en forma complementaria y no opuesta.
Con respecto a la pregunta de Liliana, el término “consciencia colectiva” sí existe. Mc Adam (1982) Political Process and the Development of Black Insurgency lo toma como uno de los tres elementos necesarios (conjuntamente con oportunidad política y recursos) para movilizar una acción de rebeldía frente al sistema establecido.
A su pregunta de por qué unos se movilizan y otros no? (interesante giro que hace). Creo que luego del uso mediático del tema “terrorismo” por parte de Fujimori, el ciudadano promedio no hace distinciones ni entiende las sutilizas. Para un tipo promedio Rolando Breña (mis respetos para él, por si acaso) puede ser tan “terrorista” como Abimael Guzmán. Y claro, ahora los seguidores del “macartismo” no hacen más que profundizar ese sentido común (gracias, Chichi!). Lastimosamente, ya me imagino a alguna señora de mi barrio en Zárate referirse a Patiño como “tan joven y metida con terroristas”.
El problema con el comunicado que copia Liliana es que de todas las víctimas posibles solo una (Melissa Patiño) tiene nombre. Los demás son “lideres campesinos, indígenas, sindicales”, etc. Entonces por más símbolo que sea Patiño y por más “incluyente” que sea la causa, sólo son pocas las personas que pueden sentirse identificados con la convocatoria (ningún campesino, indígenas ni líder sindical).
El comentario de Anahí es simplemente fabuloso. Ahí no tengo más que decir que coincidir con ella (sobre todo en la lógica victima-victimario). Además su aporte ayuda a criticar también a las organizaciones de derechos humanos (desde dentro): claro dime cuán inocente pareces ser para defenderte (que pendejo). Pero sobre todo, para conocer un poco más de Roque, de su pasado aprista y de sus ganas de seguir haciendo política sin por ello ser considerado “terrorista”. La palabra “terruco” está en la punta de la lengua para el ciudadano promedio y se suelta al toque (al hijo de un congresista y viejo dirigente de izquierda le decíamos en la universidad “terruco pituco”, por ejemplo).
Menuda pregunta la de OCRAM: Como “despatinizar” y “deschichizar” la protesta? Aunque no lo crean, en las clases de Political Protest, muchas veces nos hacemos este tipo de preguntas. “Si fueran asesores de grupos movilizados, qué aconsejarían?” Cumplo con la tarea:
1) Toda protesta necesita un target, cuanto más concreto mejor. No es lo mismo protestar contra el gobierno que contra el Ministerio del Interior, por ejemplo. Hay que identificar al culpable. Siempre. De cajón. Si se puede “culpabilizar” a alguien, reduces muchos costos de acción colectiva (la información por ejemplo).
2) Necesitas no uno sino varios “símbolos”. Hay que apelar a identidades múltiples (en este caso no sólo a la estudiante poeta), sino ponerle un nombre a la víctima del movimiento campesino, a la del movimiento sindical, etc. Buscar más casos como Patiño. Por doble razón: convocas a un sector más amplio de gente, y porque así si el gobierno decide resolver “un caso”, el movimiento no se acaba, sino quedan otros.
3) El tema movilizador tiene que llegar a la mayor cantidad de gente posible. Todos tienen que sentirse afectados. Así el punto 2) está relacionado con la amplitud de la indignación. Aunque este tema no es económico (la gente se moviliza más fácilmente por temas económicos que políticos), sería interesante que se sepa cómo la represión del gobierno puede afectar la vida cotidiana de la gente, así más público se sentiría involucrado. (Mierda, qué tales consejos, luego dicen que los académicos no servimos para nada práctico).
Comentarios más puntuales: De acuerdo Silvio que no son “caviares” sino gente más de pueblo. Bueno, a los caviares no se les mete preso, no? Eso sí, Silvio, no “condeno” a los que salieron a protestar por Patiño, por si acaso.
Una pregunta adicional que sale de los comentarios de Silvio y de Liliana. En el país hay miedo? No será una exageración o una percepción de cierto sector?
Gracias por todos sus comentarios que ayudan al debate de una manera increíble.
Jorobado
Ps. Estoy en finales, así que no puedo ni contestar rápidamente vuestros comentarios ni linkear todos los posts que quisiera (pera pe, Ocram). La próxima semana entro a vacaciones….ahí sí voy a “jorobar” más.
Ps2. Con respecto al comentario “deschichizador”, bueno, todos cometemos errores, no?
Carlos,
Si esto no es condena, ya me dirás qué sí lo es:
"Esta nueva epidemia izquierdocilla de "Liberen a la poeta con cara de mapache" me da un poquito de... como si alguien arañara la pizarra. Roque Gonzáles, jódete; Azparrent, muere; Melissa, freeeeeeeeeeeeeeeeeeedooooooooooooom."
Hola Silvio,
1). Lo que citas es una copia de la cronica de un amigo, que fue a manifestarse tambien, pero que con ello no deja de criticar las "poses" que vio.
2) Yo no condeno la movilizacion por Patinio. La causa me parece justa, pero ello no significa que pueda tener mis reparos, no con el tema en si, sino con los "manifestantes". Te soy franco: el "estilo" no me gusta y un sector (ojo, UN sector) de los manifestantes no me caen.
Gracias por tu comentario que da pie a aclarar algunas cosas. Saludos.
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