Saturday, February 19, 2011

A medio camino

Estamos a mes y medio de las elecciones presidenciales y puede resultar clave hacer un alto e identificar qué es lo nuevo de este proceso electoral y qué es más de lo mismo.

Las elecciones del 2006 evolucionaron hacia la profundización de una división ideológica entre los pro sistema y los antisistema. Los candidatos García y Humala terminaron representando esta división. Esta escisión política tuvo inclusive un correlato a nivel regional: entre la costa y la sierra sur, para simplificar. Lo que hasta ahora podemos observar es que esta clasificación programática no se ha activado aún (aunque esto podría ser más claro en la segunda vuelta), pero tampoco se perciben todavía tendencias regionales significativas a favor de determinados candidatos.

Lo que sí resulta hasta cierto punto una novedad es la reaparición del clientelismo, pero no al estilo fujimorista cooptando los recursos estatales, sino un clientelismo privatizado y fragmentado. En La Libertad, Ayacucho, Cajamarca y Áncash aparecen maquinarias electorales que son soportes focalizados a proyectos determinados, pero no vinculados entre sí. Es posible que el incremento de la competencia electoral en los próximos meses y en una eventual segunda vuelta termine agudizando el empleo clientelar. A menos debate ideológico, más clientelismo.

La influencia del personalismo en la política se ha incrementado, aunque ya no se basa en líderes carismáticos o representando ideas fuertes (como García o Humala nuevamente), sino personalismos de baja identidad que funcionan más como un "voto reprospectivo" (agradecimiento a gestiones previas, en el caso de Toledo, Fujimori y Castañeda) que como el cultivo de una lealtad política emergente. Por ello mismo, no hay mucha novedad en la oferta política: los principales candidatos son ya políticos con experiencia y expuestos extensivamente al electorado. Si bien es cierto no tenemos sistema de partidos, la dinámica política se resiste a la aparición de un outsider.

Pero a menos poder de los partidos, más influencia de los medios de comunicación para (de)formar la agenda política de la campaña. La función de las candidaturas es sobre todo reactiva (salvo los reflejos de Toledo) a las imposiciones también volátiles de la prensa. Para contrarrestrar se apela a la "política de los escuderos": políticos profesionales pragmáticos que terminan siendo empleados estratégicamente por quienes más lo necesitan. Ya sean "simples" voceros (Menchola en Solidaridad Nacional) o acartonados intelectuales (Lynch en el nacionalismo). El oportunismo es moneda corriente desde hace buen rato, y eso cruza a todo el espectro ideológico: de PPK a Humala.

La volatilidad de nuestros procesos electorales de hecho nos traerá sorpresas (el azar se vuelve lo único predecible), y veremos si estas tendencias se consolidan o dan forma a algún nuevo fenómeno. Por el momento nos queda prender el televisor con encuesta en mano.

Publicado en Correo, 19 de Febrero del 2011.

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1 Comments:

Anonymous Dario said...

Ha sido una verguenza enorme saber del pedido hecho por Rospigliosi al embajador USA para que intervenga en la contracampanha Humala 2006. Pero no salgo de mi asombro y la verguenza es aun mayor con la penosa defensa que los TODOS medios de comunicacion (confabulados? en concertacion?) han hecho del felon Rospigliosi. No solo han condenado la noticia a una mas, resaltando otras sin mayor importancia, sino que han minimizado la gravedad del tema convirtiendola casi en una anécdota, cuando no en heroicidad de Rospigliosi. Es asi o no me he dado cuenta de algo? Tendra efecto electoral?
Saludos indignados
Dario

February 21, 2011 at 9:04 PM  

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