Un Techo para Mi Colegio
Toda la primaria y la secundaria las estudié en el colegio estatal de mi barrio, el Antenor Orrego (ex "9 de Octubre", de Zárate, San Juan de Lurigancho). Precisamente fue durante el primer gobierno aprista que le cambiaron el nombre “primafasico” que llevaba. La sección primaria era modesta: dos secciones de 40 alumnos por año, dos turnos. Yo estudiaba por la tarde. Mi aula era la C. La sección secundaria era gigantesca: 12 secciones por año, dividido en dos turnos. Las mujeres estudiaban por las mañanas; los varones por las tardes. Mi sección durante la secundaria fue el G.
Durante los primeros años de la secundaria todavía se respiraba un mundo politizado, paradójicamente coherente con un alto nivel de enseñanza. Teníamos un director aprista, a quienes los alumnos de quinto año le alzaban pañuelos blancos cuando se dirigía al alumnado. (Todos fueron castigados cuando la entonces ministra Mercedes Cabanillas nos visitó y presenció tal burla). Había, por entonces, un concurso de oratoria que se realizaban en los balcones del colegio, cuyo ganador era nombrado como el “Alancito” del año. También teníamos un profesor “martaco” que en sus horas de clases nos hacia leer Cambio u otros medios de difusión del MRTA. Pero por otro lado, también teníamos auxiliares que venían del “Maranguita”, profesores de IPM (Instrucción Pre Militar), teníamos un “Cachaco” que metía miedo, profesores de inglés que de verdad hablaban inglés, profesores de historia que habían trabajado en archivos, unos duros que andaban con sus látigos, otros pendejos que decían que habían inventado los “chistes de Quevedo”.
Conforme terminaban los ochenta y avanzaban los noventas, todo fue cambiando, y creo para mal. Solo uno de mis hermanos logró terminar la secundaria ahí, porque el menor tuvo que cambiarse ante el crecimiento del pandillaje y la baja calidad de los profesores.
De mi colegio --el llamado “el mejor de la cuadra” porque es del tamaño de toda la manzana-- no han salido grandes personajes, ni jugadores de futbol, creo. Los más conocidos deben haber sido los New Kids de Zarate y más recientemente el chofer del Padre Martin. Pero todavía alberga a cuatro mil chicos que, de no mediar medidas urgentes, podrían perder sus aulas.
El viejo colegio esta desplomándose. En el 2005, parte de su cerco se cayó causando la muerte de dos vendedores ambulantes. Hace una semana hubo otro derrumbe, pero por suerte esta vez sin victimas mortales.
He leído en un articulo del historiador Nelson Manrique (http://www.peru21.com.pe/comunidad/columnistas/Html/2008-01-14/manrique0838619.html) que hay un grupo de chicos que transpiran bondad y ganas de construir, voluntarios ellos, al parecer buenas gentes. Son los de Un Techo para Mi País, que, caramba, de acuerdo con las estadísticas que mostraba el columnista están promoviendo todo un cambio social en las juventudes limeñas. Ahí también leí que tenían entre sus planes hacer trabajo de campo en San Juan de Lurigancho. Se que la reconstrucción del colegio en realidad es responsabilidad de las autoridades estatales (como lo es la reconstrucción de Pisco), pero no caería para nada mal la colaboración de estas buenas voluntades, por lo menos para colocar soportes que temporalmente eviten mas derrumbes, y gracias a su capacidad mediática, llamar la atención sobre este hecho.
No sean malos, chicos, seguro que tampoco conocen Zárate, les va a gustar, tambien es popular. Llegar es facil. Tomen la Z y bajen en Puente Nuevo. Meche, acuérdate cuando fuiste la primera ministra de la historia del país y visitaste mi cole. Nico, cuando tú fuiste ministro inauguraste el año escolar ahí también. Hagan memoria. Constantino Carvallo tu que....No disculpa, tu eres alternativo. Ojalá alguien que lea el post les pueda pasar la voz. “Somos del nueve de octubre y aquellos que digan que no….”
Noticia de la Clausura del Colegio Antenor Orrego:
http://www.andina.com.pe/Espanol/Noticia.aspx?id=pG2d7C7uhNc=
0 Comments:
Post a Comment
Subscribe to Post Comments [Atom]
<< Home