Chemo, el mejor
No caben dudas. Chemo es el mejor (vestido) de los entrenadores de las eliminatorias sudamericanas. Le duela a quien le duela.
Labels: Webadas de Maximo Weber
Con el simple ánimo de "jorobar" --en el sentido peruano del término--, desde el Mid West Norteamericano, y desde el status de un estudiante de Ciencia Política, digamos que un migrante con pretensiones académicas. Para algunos "es un animador".
Labels: Webadas de Maximo Weber
Labels: Webadas de Maximo Weber
Labels: Correo
Labels: Webadas de Maximo Weber
Los datos hablan por sí solos: conforme uno se va alejando de Lima y de los centros urbanos, y va penetrando sobre todo en las zonas afectadas por la violencia política, el porcentaje de ciudadanos que considera que “es mejor olvidar y no remover el pasado” es mayor. Les pido que se fijen sobre todo en las regiones Huánuco, Junín y Ayacucho; precisamente las más golpeadas.
Me han acusado de “reaccionario” y que sostengo mis argumentos solo “para llamar la atención”. Parece que la controversia no proviene de mis textos, sino de la propia realidad. En palabras del propio autor del artículo citado: “Respecto de la necesidad de mantener presente un recuerdo del conflicto, las opiniones son más controversiales. Como se ve en la tabla 16, “recordar lo que pasó” como una forma de evitar la violencia en el futuro es una opción ligeramente mayoritaria en las zonas menos afectadas por el conflicto, mientras que la alternativa de “mejor olvidar el pasado” resulta ser la más importante en las localidades más afectadas”. (p.25)
La línea argumentativa de mi texto publicado en Utero.pe se basa en este tipo de evidencia: las tendencias mayoritarias en la población superponen el olvido (espero que por el momento) a la memoria. Las causas sociales a favor de la memoria no son populares. Y esto es un llamado de atención y no un deseo personal. Como sostuve en el post mencionado, si este tema fuese una demanda social compartida por las mayorías, simplemente el actual gobierno no se hubiese atrevido a oponerse al museo de la memoria. Si las demandas por la memoria fuesen sentidas por la mayoría de peruanos, los partidos no se hubiesen atrevido a no pedir perdón por las atrocidades que cometieron cuando fueron gobierno (lo que lo señalé anteriormente aquí, fue “linkeado” en el debate, pero nadie le dio bola). Si la memoria por el pasado importara, finalmente, no hubiésemos re-elegido al peor Presidente que hemos tenido en los últimos treinta años.
Con esto yo no quiero desvirtuar las demandas de los promotores de derechos humanos, sino llamar la atención sobre una realidad que aquellos parecen desconocer. Lo que propongo en el post cuestionado es precisamente tomar nota de estos hechos para cambiar de estrategia:
“No es que (los “promotores de la memoria”) tengan que quedarse callados, pero sí cambiar de estrategias, pensar más en el largo plazo, no morirse de ansiedad, esperar.”
Lastimosamente se confunde un medio (el museo de la memoria) con un fin (la construcción de una memoria común a todos los peruanos). En ningún momento cuestiono la utilidad del museo de la memoria. Para empezar, mi post no es sobre el museo (como muchos lo han interpretado), sino sobre la memoria nacional en su conjunto. Cuando lo menciono (dos veces en el texto!!!) es para señalar un ejemplo de causas sociales que no tienen soporte popular. Pero de ahí no se desprende que en su impopularidad justifique su inutilidad o improcedencia.
Mis críticos han encontrado “falacias” y errores “lógicos y éticos” porque al re-apropiarse de mi texto, descontextualizando, ellos mismos han producido tales desconexiones. Repito, mi post no es sobre el medio, sino sobre el fin. En ningún momento considero que como el museo no es popular, no debería realizarse (lo cual llevaría obviamente a falacias ad populum), sino que “llegará el día en que las introspecciones al pasado sean más enriquecedoras. Ahora todavía no” (¿Cuál es el sujeto de esa oración?). Eso no es un “todavía no” al museo de la memoria; sino a que las “introspecciones al pasado” no son “tan enriquecedoras” como supondría una memoria general colectiva compartida.
Sin embargo, no considero mi texto perfecto, ni creo tener la última palabra. Si es que mis argumentos son fácilmente manipulables o no han sido comprendidos fácilmente, es porque es un texto con carencias. Pero de ahí a catalogarme de tener “errores éticos” o ser “reaccionario” me parece simplemente un abuso y tergiversación digna de prensa amarilla. Reconozco también que mi estilo puede ser antipático. Creo que precisamente es la forma y no el fondo lo que ha generado tantas reacciones, y tanta mala leche.
Con permiso de una querida y crítica amiga, copio su observación al respecto. Creo que ella la tiene más clara:
“…ayer revisé los comments en que se fueron contra ti en el GCC. ... Estoy de acuerdo contigo: cómo le dan tanta atención a tus textos provocadores. Respuesta: al deconstruir discursos (textos), reafirman su verdad, y salen campantes ganadores porque demuestran que tienen la autoridad razonante y, por oposición, facilito, refuerzan su punto de vista sobre el hecho. Pero también tú les das cuerda... y ahí el asunto ya es contigo. Creo que en el fondo tienes razón, pero la "manera", la "manera"... todo se cocina con el cómo. Si dijeras lo mismo pero en registro formal, otro sería el cantar… No dejes que se ganen con tus talones de Aquiles. Ya lo dijo Celestina: "quien entrega el secreto, entrega la libertad". Ahora estás un poco preso de toda esta gente. Obligado a responder, obligado a adoptar poses...”
Para que quede claro: NO estoy en contra del museo de la memoria (nunca lo estuve!). Pero más que preocupado por él (que en realidad nadie sabe qué será, como será, quien lo administrará, etc., pero ese es otro debate); me preocupan los procesos sociales de la construcción de la memoria; mientras que a la gente del Gran Combo Club (GCC) le preocupa si mis argumentos son ad populum, falaces, de dónde provienen mis fuentes de financiamiento, y mis errores ortográficos. Si resulta que soy frívolo por mi estilo (es un riesgo, lo admito y lo asumo), algunos son frívolos intelectuales enquistados en la retórica y no en los temas de fondo. Miren más allá de un museo, para que no sean cómplices del elitismo miope que tanto profundiza los abismos entre las supuestas clases intelectuales y el “peruano promedio”. A la gente no le interesa si mis argumentos son falaces o no.
Qué pena que el debate promovido por el GCC se haya convertido en “cómo le sacamos la mierda a Meléndez” (sick), y no en por qué la gente que más sufrió la violencia prefiere olvidar y no remover el pasado.
Pd1. Aprovecho la ocasión para solicitar a los amigos de IDEHPUCP –con quienes he colaborado en varias ocasiones-- la base de datos de la encuesta mencionada. Creo que sería muy interesante ver cómo se diferencia la población por edades, clases sociales, y otras variables. Hay muchas hipótesis que podrían ser debatidas al respecto. O en todo caso sugerir que alguien la trabaje mas a fondo.
Pd2. Acaba de terminar mi “spring break”, así que la frecuencia de mis posts no será tan intensa como en la última semana.
Actualización
Guarismos ad populum
Adjunto dos análisis sesudos (El Morsa y Jomra) sobre la encuesta de la Universidad de Lima (como para no guiarse solamente de los titulares, como muchos “analistas espontáneos”). Claro que tienen sus limitaciones, porque no se cuenta con la base de datos como para saber si las relaciones que se hallan son significativas. Aunque para muchos, las encuestas están desvirtuadas como base para construir argumentos, porque provocarían falsedades ad populum.
The Economist is “caviar”
Coherencia señores del The Economist! Cómo es posible que en dos semanas pidan la legalización de las drogas y un museo de la memoria en el Perú. Eso no es serio. O son caviares o están con Aldo M. No pueden ser las dos cosas al mismo tiempo. Godoy resume el debate. Lo más recomendable: el “frívolo” Jaime Bedoya y la comprensión desde la Historia de Valdez.
Sobre el Pensamiento Meléndez (sick)
Una nueva especie de científicos sociales (¿?) ha aparecido en la blogosfera: los “melendólogos” (jorobólogos?) . Se caracterizan por dedicar harta tinta virtual diciendo lo mismo (“Meléndez es un bruto”), pero justificándolo de mil maneras distintas. Utilizan abreviaturas barrocas como signo de distinción (“Vd.”) y mandan emails faltosos a mis amistades (si tú, no te hagas, tú). Bueno, a estos no los linkeo porque no quiero aburrirlos pes…además ustedes ya saben…creo que ahora deberían cambiar de nombre salsero y ponerse La Misma Gente.
Labels: Poco Floro
Labels: Los Amigos que Perdi
Labels: Ficciones 2
Labels: Los Amigos que Perdi