Saturday, June 26, 2010

San Marcos

Un video de estudiantes sanmarquinos pidiendo la amnistía de Abimael Guzmán ha abierto la polémica en la opinión pública, provocando ataques severos desde posiciones conservadoras que incluso piden intervención externa como un llamado al “orden”, hasta defensas indignadas que cuestionan la estigmatización del estudiante sanmarquino. La primera posición vulnera los derechos de la autonomía universitaria y cae en el prejuicio que denuncia la segunda; y la segunda se estereotipa a sí misma y le escapa al debate de fondo (que no es la discriminación a priori).

Las condiciones para el radicalismo político (como el universitario) existen y existirán; y ello no se desaparece tan alegremente. El pedido de amnistía es una dentro de una serie de actividades proselitistas –conferencias, talleres, charlas—que se desarrollan con frecuencia dentro de esta universidad, lo que no significa que San Marcos sea la cuna de Sendero Luminoso. Sin embargo, no hay que pasar por alto el crecimiento de este tipo de potenciales amenazas. Y aquí no hay que ser ingenuos: la lucha “ideológica” que algunos proponen es insuficiente. (Para empezar no hay nadie quién la dé!).

Resulta errado reducir el debate a intervención versus discriminación. Los grupos radicales al interior de San Marcos tienen una estrategia política clara: la acumulación de capital político. ¿Por qué se concentran en el control del comedor universitario y la residencia estudiantil? Porque son causas que pueden devenir en una demagogia de izquierda y fácilmente convertirse en el puente para captar simpatizantes más allá de un fundamentalismo ideológico. El discurso radical, no lo olvidemos, es pragmático; por lo que una lucha en el “plano de las ideas” es insuficiente en sí misma. Mucho menos si los promotores del radicalismo son herederos (en muchos casos inclusive directos) de la tradición “roja” de universidades estatales postergadas.

Pero por otro lado, el orden en los claustros universitarios no se gesta a partir de guardias privados (“¿usted no tiene siquiera unos guachimanes?” Rosa María Palacios al rector Izquierdo) ni de intervenciones militares (fujimorismo), sino a partir de la eficiencia en la administración tanto organizativa como académica, algo muy lejano a la imaginación del rector sanmarquino.

Más allá de que sea un “sico-social montesinista”, el caso debería hacernos pensar en la situación de la Universidad en el país, tanto privada como estatal. Hay diversas maneras de estar de espaldas al país, tanto desde una posición de egocentrismo elitista como desde una prédica violentista que no ha aprendido las lecciones del pasado. Sino los profesionales que dirigirán el futuro del país pensarán que el futuro depende de cuánta "sangre te salpique en la cara” (J.C. Ubilluz, PUCP) o que la muerte de inocentes es parte de una lucha política. El primero peca de naive (quiero suponer), el segundo de sanguinario.

Publicado en Correo, 26 de Junio del 2010

Bonus track: ¿Democracia participativa en UNMSM? Asamblea para elegir al nuevo decano en la Facultad de Ciencias Sociales de San Marcos. Nótese la agilidad del antropológo Pablo Sandoval para esquivar los agravios.

Labels:

Saturday, June 19, 2010

La Católica

Dentro de los temas de debate sobre la administración de la PUCP, me interesa resaltar el referido al pluralismo. Se dice, por un lado, que esta universidad está dominada por "rojos y caviares" que la utilizan para sus propios fines políticos. Por otro, se sostiene que la injerencia directa del Arzobispado vulneraría la tolerancia y diversidad de posiciones que conviven dentro de la universidad. En el primer caso, se trata de una interpretación de la realidad, a mi parecer parcial. En el segundo, de un supuesto del que no hay forma de comprobar con objetividad, pero sí sospechar con cierta certeza.

El predominio de posiciones ideológicas progresistas en la PUCP se da sobre todo en algunas facultades, pero creo que resulta una exageración generalizarlo a todo Pando. Una universidad que enseña que Francisco Pizarro fue prácticamente el forjador de nuestra identidad nacional, y donde más importante es la heráldica que los problemas sociales en la formación de la república, no puede ser catalogada como "progre". Sin embargo, como ex estudiante de Sociales, siempre he cuestionado que la Sociología que se enseña es, sin lugar a dudas, de "izquierda", donde "neoliberalismo" es casi un insulto. Esto es pues el producto de algunos profesores con ambiciones políticas para quienes la docencia se convirtió en un consuelo. Sin embargo, este monopolio ideológico está en declive, sobre todo porque nuevas generaciones --me incluyo- y los propios alumnos han logrado ser críticos a este unísono de "culturosos lacanianos" y sociólogos-yo-entiendo-a-los-pobres.

Sin embargo, existen razonables indicios de que el control de la administración por parte del Arzobispado impondría una agenda conservadora. Si el Arzobispo, desde su púlpito dominical, lanza peroratas intolerantes en contra del aborto, de los homosexuales y de las libertades sexuales, es de esperarse la inclusión de esta agenda retrógrada en la enseñanza universitaria.

De uno y otro lado, lo que debería importar es que la Católica deje de estar de espaldas al país real. Los primeros deberían evitar hacer de la defensa de su posición una "causa Facebook", ingenua y agitadora de masas artificiales, y actuar más allá de lo judicial, centrar su atención en la agenda académica y hacer de su famoso pluralismo una meta que no puedan cuestionar sus detractores. Los segundos deberían garantizar que no son una amenaza al pluralismo ideológico ni que transformarían el currículo en un catecismo castrante para las libertades individuales y para la libertad de pensamiento. Creo que en pleno siglo XXI no podemos seguir sosteniendo que "el pueblo necesita rebelarse contra el sistema" inclusive por medios violentos, ni que el único fin de las relaciones sexuales es la reproducción. Mucho menos desde donde se espera educar a las élites del país.

Publicado en Correo, 19 de Junio del 2010.

Labels:

Saturday, June 12, 2010

Más allá de Bagua...

La semana pasada se cumplió un año de los acontecimientos de Bagua, que a pesar de los informes tanto del Ejecutivo como del Legislativo todavía dejan muchas interrogantes. El esclarecimiento de los hechos es aún una tarea pendiente, mientras que los esfuerzos de ambas comisiones se han centrado en la necesaria designación de responsabilidades tanto políticas como penales (obviamente, cada una defendiendo sus fueros y sus intereses). De otro lado, sectores progresistas de la "sociedad civil" han salido a conmemorar estos hechos, exigiendo justicia y mayor respeto a los derechos de los "históricamente excluidos". Creo que aunque es necesario, por ejemplo, conocer y juzgar la cadena de decisiones tomadas por la Policía para tan nefasta intervención en la "Curva del Diablo" o resolver las acusaciones de sedición que Alberto Pizango lleva consigo, es fundamental plantearnos preguntas de fondo.

¿Qué hacemos para evitar que esto se repita? Mirar Bagua dentro del contexto de una década de conflictividad social, la cual ya nos cansamos de calificarla de fragmentada y desarticulada. ¿Cómo explicamos que luego de la caída del autoritarismo se haya iniciado una escalada de protestas sociales que parece no tener fin? ¿Qué pueden decirnos los intelectuales "orgánicos y comprometidos" más allá del "usual suspect": "Es que no hay Estado"? Ya sabemos que nuestro país se ha construido a partir de la exclusión de sus mayorías, que no hay partidos representativos, que la intermediación política es un fracaso. Primicia. De acuerdo, estimado sociólogo-mente-brillante, con ello ya hemos cautivado a las almas sensibles que se alocan por encontrar la justificación académica para echarle la culpa a la colonización, al APRA, a Alan García, al neoliberalismo, a Fujimori, al gato negro que se le cruzó mientras manejaba por Dasso. Pero, ¿qué hacemos?

El asunto de fondo es cómo convertimos las protestas en representación. Los conflictos sociales son, en el fondo, demandas sociales insatisfechas, y en tanto éstas logren convertirse en plataformas políticas viables, esa brecha de crisis de representación que repetimos hasta el cansancio podrá acortarse. Pero nuestras élites políticas se han quedado en un país pre-ajuste y se confiesan inútiles para representar al ciudadano peruano del siglo XXI. Y ese ciudadano no eres tú, compadre, que paras todo el día en Facebook, sino el campesino que vive al lado de una explotación minera, el amazónico que de un día al otro se encuentra con un pozo petrolero al frente suyo, pero también es el mototaxista que trabaja en las afueras de las paraditas, el chofer de combi que se pelea por 10 centavos. Bagua importa sobre todo si no dejamos de preguntarnos cómo hacemos para construir un país viable sin que nos cueste tanta sangre.

Publicado en Correo, el 12 de Junio del 2010.

Bonus track: Entrevista en La Hora N sobre conflictividad social.

Labels:

Wednesday, June 9, 2010

Nuevamente: ¿Cómo analizar elecciones?

Entre el 14 y 17 de Junio estaré dictando nuevamente en la Universidad Ruiz de Montoya el curso de extensión ¿Cómo analizar elecciones? Elementos de Ciencia Políitica para el análisis de procesos electorales. En esta ocasión, el curso de realizará en 4 sesiones de Lunes a Jueves de 6 a 9 pm. La bibliografía será la misma que se utilizó hace un mes, pero se incorporará análisis estadístico de las elecciones presidenciales de mayo último en Colombia.

Sumilla y bibliografía
Informes

Pasen la voz!

Labels:

Tuesday, June 8, 2010

Factores que determinan el voto en Colombia (2010)


Durante las dos semanas previas a la primera vuelta electoral en Colombia, se encargó al Centro Nacional de Consultorías una encuesta nacional (urbana y rural) de 1,200 entrevistas como parte de una investigación conjunta que venimos realizando politólogos de la Universidad de Notre Dame (Indiana) y de la Universidad Sergio Arboleda (Colombia). La información permite analizar el comportamiento electoral a nivel individual y trascender las primeras impresiones basadas en análisis de agregados (tanto nacional como sub-nacional). A las variables convencionales utilizadas como predictores del comportamiento electoral como Ideología (promedio 6.5 en una escala donde 1 es izquierda y 10 derecha) y Votación anterior (voto por Uribe en el 2006) y variables socio-demográficas; incluimos las siguientes tres variables que intentan medir consideraciones sobre gobernabilidad.

1. Gobernabilidad.Ambos candidatos (Santos y Mockus) son percibidos con similares obstáculos para gobernar. Por un lado, el 54% de encuestados considera que Santos tendría muchos obstáculos para gobernar, y el 9% que éstos serían tantos que no podría hacerlo. Por otro lado, el 60% de encuestados considera que Mockus tendría muchos obstáculos para gobernar, y el 10% que éstos serían tantos que no lograría sostenerse en el poder. La diferencia en las percepciones sobre las capacidades de gobernar de ambos candidatos no es tan grande, como se puede observar.

2. Obstáculos para gobernar.Las FARC son percibidas como el principal obstáculo para un hipotético gobierno tanto de Santos como de Mockus. Para un 43% de encuestados, las FARC serían el principal obstáculo para Santos y un 14% considera que sería el Congreso. Por otro lado, el 36% de encuestados considera que las FARC serían el principal obstáculo para Mockus y un 23% considera que sería el Congreso. Llama la atención que sólo el 6% de los encuestados considere que los paramilitares serían el principal obstáculo, tanto para Santos como para Mockus.

3. Méritos del gobierno de Uribe.Interrogados sobre el principal mérito de la administración Uribe, el 71% de los encuestados indica que ha sido la política de seguridad democrática y la lucha contra las FARC; seguido del 14% que considera que su mayor mérito fue las políticas sociales de lucha contra la pobreza.

Modelo Logit Multonomial
Para analizar en su conjunto los factores que intervienen en las preferencias electorales, se aplicó un modelo logit multinomial incluyendo a todos los candidatos a la primera vuelta y teniendo como categoría base el voto por Santos (controlando por las convencionales variables demográficas: ingreso, educación, edad y género); el mismo que fue modificado en varias versiones para precisar algunos determinantes.

Los resultados preliminares muestran que los determinantes del voto serían: voto por Uribe en el 2006, ideología, y consideraciones de gobernabilidad. El reconocimiento de las políticas de “seguridad democrática” como mayor logro del gobierno de Uribe no hace diferencia.

El modelo predice el voto por Santos (baseline categoy) considerando las variables de gobernabilidad, ideología, voto por Uribe en las elecciones del 2006, y controlando por variables socio-demográficas. Los resultados demuestran (ver cuadro) que si crees que Mockus va a tener obstáculos para gobernar, no le votas. Si crees que Santos va a tener obstáculos para gobernar, tampoco le votas. Lo que parece una idea de sentido común no lo es tanto si comparamos resultados hallados en otros países como Perú, donde la gente que identificaba que, por ejemplo, Ollanta Humala tendría obstáculos de gobernabilidad, igual votaban por él. Del mismo modo Ideología y Votación por Uribe en el 2006 son significativos determinantes del comportamiento electoral:

A mayor la percepción de Obstáculos para Mockus, mayor las preferencias del elector por Santos que por Mockus (y por Pardo que por Mockus)

A mayor percepción de Obstáculos para Santos, menores las preferencias del elector por Santos que por cada uno de los demás candidatos.

A mayor proclividad hacia la derecha, el elector preferirá menos a Mockus y Petro en comparación con Santos.

Si le votó a Uribe en 2006, el elector preferirá menos a Mockus y Petro (estadísticamente muy significativo), y a Sanin y Lleras (estadísticamente significativo) en comparación con Santos. Con ello se confirma que existe una continuidad entre el voto de Uribe en el 2006 por Santos en el 2010. Al aplicar el modelo teniendo como categoría base la votación por Sanín y Vargas Lleras se confirma del mismo modo la capacidad predictiva del voto por Uribe en el 2006 con estas preferencias políticas.

Si separamos la percepción del Congreso como obstáculo para un eventual gobierno como una variable independiente encontramos comportamiento de “suicidal voting” tanto para Santos como para Mockus. Sabes que el Congreso va a ser un obstáculo para Mockus pero igual le votas; Sabes que el Congreso va a ser un obstáculo para Santos pero igual le votas (en ambos casos con altos niveles de significancia). Es decir, el Congreso no importa como veto-player para el electorado colombiano.

Si separamos la percepción de las FARC como el principal obstáculo para un eventual gobierno como una variable independiente, encontramos que si crees que las FARC serían el principal obstáculo para Mockus le votas más a Santos. Ahora, si crees que las FARC serían el principal obstáculo para Santos, NO hace diferencia. En conclusión, hay un “suicidal voting” con respecto al Congreso, pero la percepción de las FARC como amenaza sí influye, sobre todo negativamente para Mockus.

Labels:

Saturday, June 5, 2010

Lecciones desde Colombia

Los resultados de las elecciones presidenciales en Colombia sorprendieron a muchos. Mientras las encuestas calculaban un empate técnico, el domingo por la tarde las autoridades electorales anunciaban el apabullante triunfo del oficialista Juan Manuel Santos, que casi logra una victoria en primera vuelta. Mockus, que había despertado simpatías dentro y fuera del país, apenas sobrepasó el 20%. Quedó comprobado que las sorpresas no se anticipan. ¿Qué lecciones podemos tomar de este proceso con miras al año electoral que se nos viene?

Para los políticos, debe quedar claro que las candidaturas emotivas son las más volátiles. En menos de cuatro meses, Colombia tuvo tres "segundos": Fajardo, Sanín y Mockus. La elección se lleva a cabo cuando la "ola verde" había perdido su fuerza. Las alternativas electorales con mayores probabilidades de éxito son aquellas que pueden aterrizar la simpatía de sus candidatos a vínculos concretos con la gente. Esto es un desafío en un país como el nuestro, donde las maquinarias son débiles, pero una posibilidad para los candidatos con acceso a recursos estatales.

Para los analistas, queda claro que hay que trascender los "análisis" basados en chismes o en intuiciones. Los análisis guiados por marcos teóricos son el mejor sustento para aprehender la coyuntura y la impredecibilidad de la política. Las encuestas dan cuenta de percepciones y opiniones, pero no, por ejemplo, de la fortaleza de maquinarias clientelares, o del poder de operadores políticos en las arenas subnacionales.

Para los que leen encuestas, no basta fijarse en los cuadritos resúmenes, sino leer con rigurosidad las fichas técnicas y trabajarlas estadísticamente (si se logra el acceso a las bases de datos, lo que haría un analista serio). Las encuestas en Colombia fallaron porque subrepresentaron a las zonas rurales y sobrerrepresentaron a los abstencionistas. En el primer caso, no sería problema si los ciudadanos de zonas urbanas y rurales votasen igual; pero no es así. En el segundo caso, se creyó a quienes decían que iban a salir a votar, pero al final no lo hicieron. Primicia: la gente miente.

Para los fans de las "redes sociales", ya les debe quedar claro que el mundo real está muy lejano de las pantallas de su procastinación. Las redes virtuales dan una imagen distorsionada de las preferencias políticas, sesgadas por un público universitario y clasemediero. No son un indicador de preferencias políticas. Ha quedado demostrado que el joven-mockusiano-facebook-fan se quedó en casa y no salió a votar. Y las verdaderas redes sociales son las "cara a cara". Esas son las que verdaderamente importan a la hora de hacer política.

Finalmente, las demandas post-materiales en un país premoderno son una ingenuidad tremenda. No sé si luego de esto todavía les queden "ganas colombianas".

Publicado en Correo, 5 de Junio del 2010.

Labels:

Tuesday, June 1, 2010

Análisis de la Primera Vuelta Presidencial en Colombia (2)

Juan Manuel Santos arrasó en la primera vuelta de las elecciones del domingo en Colombia con el 46.5% de los votos válidos sobre la candidatura "verde" de Antanas Mockus, quien alcanzó el 21%. La contundente victoria resultó "sorpresiva", cuando no lo era tanto. Se sabía que las encuestas que anunciaban un empate técnico sólo registraban la opinión de las principales ciudades, y excluían las intermedias y la zona rural. Pero sobre todo eran evidentes las fortalezas y debilidades de las principales candidaturas. A continuación develamos las razones de tamaña "sorpresa".

Santos, el heredero sin guiño. Álvaro Uribe no endosó votos directamente a ningún candidato (no dio el "guiño presidencial", como le dicen los colombianos). Durante muchos años, varios se disputaron el legado del uribismo, algunos con intensidad y fanatismo (Andrés Felipe Arias "Uribito"); otros con crítica y en pos de un "uribismo sin Uribe" (Vargas Lleras). Pero fue Santos, ex ministro de Defensa del actual gobierno, quien movió sus fichas al último y logró hacer creíble para la ciudadanía colombiana que él garantizaba la continuidad de las políticas de "seguridad democrática" y el modelo económico de los últimos ocho años de gobierno. El uribismo, entre el 2006 y el 2010, se mantiene intacto en apoyo popular a pesar de las críticas, y fue Santos quien logró concentrar la mayor parte de esas preferencias (ver cuadro).

Gobernabilidad y maquinaria política: las claves del éxito. Santos supo comunicar eficientemente que para gobernar un país se requiere un proyecto estable, experiencia en gestión y una base sólida de aparato y apoyo político. Él buscaba representar la continuidad de "lo avanzado", ya que reunía las características que resaltaba, por encima de sus rivales, que improvisaban partidos "vientres de alquiler" (el Partido Verde) y no concretaban sus discursos en ofrecimientos materiales. Así, la victoria de Santos fue contundente a nivel nacional. Se impuso en 32 de los 33 departamentos, perdiendo sólo en Putumayo. En 20 departamentos, Santos triplicó o duplicó la votación de Mockus. Así, barrió en regiones donde el esfuerzo militar contra la guerrilla ha sido importante (Cundinamarca, Caquetá y Meta) o donde ha mermado el accionar de este grupo armado (Huila, Tolima, Arauca). Donde las FARC y el ELN están concentrando sus ataques (Cauca, Nariño y Valle), la diferencia entre Santos y Mockus ha estado alrededor de 10 puntos. Estos resultados son un indicador de que la política de seguridad democrática, que ha generado tantas controversias, continúa siendo un factor decisivo en la política colombiana, y sobre todo en los determinantes de las preferencias electorales.

Pero si para un sector de los colombianos mantener la gobernabilidad es importante, para las clases populares y rurales el clientelismo sigue siendo moneda corriente. La compra de votos --el intercambio de bienes materiales a cambio de respaldo electoral- se agudiza cuando el voto es voluntario, como en Colombia, y donde el nivel de ausentismo está alrededor del 50%. La maquinaria estatal, el respaldo de los caciques regionales y los aparatos políticos de congresistas estuvieron al servicio de la promesa pragmática, mientras que sus adversarios se distraían contando el número de sus seguidores en Facebook.

Los partidos tradicionales. Los candidatos presidenciales de los partidos tradicionales colombianos (Partido Conservador y Partido Liberal) fueron los de peor desempeño electoral, al punto que su objetivo político se había convertido (sobre todo en el caso del segundo) en pasar la valla electoral del 4% para mantener su registro político. Noemí Sanín, del Partido Conservador, a pesar de haberse posicionado como segunda luego de las elecciones parlamentarias de marzo, obtuvo 6.15% de los votos; mientras que Rafael Pardo, del Partido Liberal, pasó ligeramente la valla con un 4.39%. Sin embargo, no se puede anunciar tan tajantemente la muerte de los partidos tradicionales colombianos, por cierto los más longevos de América Latina. De hecho, si uno ve la configuración del próximo Parlamento, se dará con la sorpresa de que luego del Partido de la U, son los partidos tradicionales los que consiguieron mayor votación en las elecciones de marzo último. El Partido Conservador obtuvo el 23% de las preferencias, mientras que el Partido Liberal el 18%. Precisamente, caciques locales de ambos partidos -especialmente del Conservador- terminan apoyando la candidatura de Santos y dejando a los candidatos presidenciales de sus filas solos con sus seguidores y votos personalistas.

Mockus, el Pacho Maturana de la política latinoamericana. Si en la época en que Pacho Maturana llegó al Perú para dirigir a la selección nacional de fútbol hubiera habido Facebook, seguramente hubiera tenido millones de seguidores. Su discurso de pastillas de moral era "mockusiano": nuevos estilos en la cultura política, cambios políticos a partir de la conciencia y los valores de los ciudadanos. Luego, recordemos, vino el choque con la realidad, las derrotas y el final de una ilusión. El discurso de Mockus posterior a los resultados continuaba negando la inminente realidad. Me hizo recordar aquella frase célebre de Maturana: "Perder es ganar un poco".

Mockus tuvo la habilidad de crear una tercera vía al uribismo/antiuribismo con su discurso de la legalidad. Sin embargo, no supo aprovechar el impulso inicial y se quedó en un discurso superficial que careció de propuestas que lo aterricen. Confió demasiado en su respaldo mediático (sobre todo en internet) y se olvidó de que las verdaderas redes sociales son las "cara a cara". Sin parlamentarios en sus filas (y con el 4% de la votación en las elecciones congresales de marzo), era evidente que necesitaba maquinaria. Pero buscó aliados tan "misios" como él: la lista parlamentaria de Sergio Fajardo, su vicepresidente, no metió a ningún parlamentario. Mockus se equivocó: la maquinaria no es sólo sinónimo de clientelismo; es el vehículo necesario para llegar a la gente. Eso hizo que la ola "verde" se detuviera en la orilla.

Bogotá. Bogotá parecía la plaza más difícil para Santos. Gobernada por la izquierda hace 6 años y base del Partido Verde (sus tres ex alcaldes eran sus principales dirigentes), sin embargo, se rindió ante el uribismo. Santos obtuvo 40% sobre 27% de Mockus. Inclusive Vargas Lleras quedó tercero con 14%. La ineficiente gestión del actual alcalde Samuel Moreno afectó la candidatura de Petro, quien sólo obtuvo el 8%. Con razón al alcalde bogotano le dicen “cambio climático”, porque derritió al Polo en la capital.

Publicado en Correo, 1 de Junio del 2010

Bonus track: 31 de Mayo en La Hora N

Labels: