Esta semana llegaron a Notre Dame los seleccionados para la nueva promoción de Ciencia Política – “recruitment weekend”, que le llaman--. ¿Alguna novedad? Un solo latino (de veinte). ¿Alguna característica especial? Sí, él fue asistente de la reconocida politóloga venezolana Miriam Kornblith y trabaja, actualmente, en el PNUD. No es un secreto que yo trabajé con Martín Tanaka y que además estuve en IDEA antes de dejar el Perú. Parece haber una constante en los latinos que andamos por acá. Por ejemplo, en mi cohort, el otro latino (o sea somos 2 de 15 en mi año), es un mexicano que trabajó en la sección de investigación del IFE y luego en el Banco Mundial. Esa combinación de investigación y policy-making en temas políticos en organismos internacionales parece ser un buen combo.
Las buenas universidades gringas hacen de los procesos de admisión cada vez más competitivos, sobre todo para los que venimos del Tercer Mundo. Es muy difícil en nuestros países conseguir una experiencia laboral que te permita cumplir los requerimientos exigidos. Por eso mismo el promedio de edad del estudiante latino al ingresar al postgrado es mayor (28 años) que el del estudiante con Green Card (23 años, creánlo o no). Además cada vez más gringos tienen experiencia académica en América Latina. En mi misma “promoción” hay un gringo de 22 años que trabaja Perú y Bolivia con mucha solvencia. Los departamentos de ciencia política interesados en América Latina ya no tienen que buscar sus cuadros al sur de río Grande, sino que hay muchos en sus narices. Por ejemplo, de los 5 aceptados en política comparada este año, 4 trabajan América Latina, y de éstos, 3 son estadounidenses (el otro es el venezolano al que hacia referencia).
Luego de casi un año por estos lares, me animo a escribir algunos tips que pueden resultar útiles para el estudiante que quiere una carrera académica en la ciencia política (ojo, no es una lista de recomendaciones para aplicar a estas universidades, de eso escribiré más adelante). Esto va sobre todo para los que todavía están en las aulas, para los que se preguntan si la ciencia política interesa en el Perú y tienen la ambición de salir afuera. Ahora, si quieres ser
Intelectual de ONG, simplemente no lo leas.
1. Lee, mierda. Sí, a lo Beto Ortiz. Lee, carajo. ¿Qué haces sentado todo el día en las escaleras quejándote del profesor y del jefe de prácticas? Lee y no me vengas con que es mucho. Mucho te va a pesar cuando no consigas chamba ni en la ONG de tu tío. Comienza por
Sartori (un grande! ver foto) y los conceptos básicos, por el abc. ¿Sabes qué es un partido político? Lee. ¿Qué es un sistema político? Lee. ¿Qué es representación política? Jalado. No me digas lo que se te ocurre o lo que le oíste a tu viejo en el desayuno, sino por lo menos lo que dice David Held en sus modelos de democracia (mapa básico, tu Coquito). Mucho “talenteo”, estimado. El floro que le metes a tu profe de turno en realidad es tu jaraquiri. No te engañes. Suena bonito, hablas bonito (ya, también eres linda), pero no puedes ni siquiera citar ideas fuerza de cuatro clásicos de la ciencia política. Si no lees, fuiste!
2. Chapa tu Baldor. No le tengas miedo a los números. No comen. Además agilizan la mente. Chapa tu Baldor. Adóptalo como mascota. Ponle una pita y sácalo todas las tardes al parque. Deja de perder el tiempo en el Power Point (ya, se ven bonitas tus exposiciones, con dibujitos y todo, pero ni una idea interesante) y métete al SPSS. Miles de bases de datos están disponibles on-line para que te adiestres (A ver, no sé pues, se me ocurre el World Values Survey, para comenzar). Plantea hipótesis –sin sentido, qué importa—y cruza tus variables. ¿No sabes qué es una variable dependiente e independiente? Fuiste. Empieza por el sudoku, que chucha.
3. No seas Yungay. Habla cualquier otro idioma. De preferencia en inglés, ya que mucho de la literatura de ciencia política está en ese idioma. (Si quieres ir a Francia, vete no más). Toma tus clases en cualquier lugar. Hasta Academia de Inglés Ben Affleck vale, no importa. Pero practícalo, escúchalo, leélo. Lee textos académicos para que te vayas acostumbrando. No basta con que chequees el New York Times on-line (si es que lo haces). Hasta las canciones de Britney suman.
4. No leas a tus profes. En el Perú casi nadie investiga (no hay recursos, pero tampoco hay muchas ganas). Lo que nuestros profes publican (hay excepciones) son columnas de opinión (unas más largas que otras) o comentarios de las encuestitas de turno. Si crees que con leer Le Monde o Quehacer estás “in”, fuiste también. Los “grandes debates en Lima” deben ser parte de tus lecturas de hobbie, no tu “main focus”. Un ejemplo: miles de mesas, simposios, seminarios (con solo floro, ni siquiera una investigación sensata) sobre “¿Por qué se dividió la izquierda?”. ¿Eso es ciencia política?. No mames. Eso es un Magaly Tv Académico no más. Sirve para el chisme, para cagarte de risa imaginándote al gordito de tu profe computándose guerrillero. ¿Te sirve de algo? Eso déjalo a los historiadores o las obsesiones de Aldo Mariátegui.
5. Sal de tu casa. ¿Tienes calle? No basta con conocer el Boulevard de Los Olivos (que sólo existe en tu imaginación, porque tu amigo marrón nunca te llevó). ¿Tienes cerro? No basta con tu paseíto a Lunahuaná ni ser miembro de Aire Puro. Viaja. Haz turismo político interno. ¿Conoces a algún político de carne y hueso? (No pues, nuevamente, tu tía no vale, además no sacó más del 1%). Un político de verdad, esos que no salen ante las cámaras, esos operadores políticos locales, los que te llenan un mitin, los que andan alrededor de las oficinas de los congresistas con sus fólderes manila, esos ayayeros de un solo terno son los que tienes que conocer, los que tienes que entrevistar. Conversando con ellos con tu chela de por medio (adiós a la metodología) resumes toda la teoría política de cuatro siglos. Imagínate eso ahora a la enésima potencia en alguna ciudad o pueblo del “interior del país”. Y te llenas la boca hablando de Hernán Fuentes que apenas lo conoces por El Comercio o por la Chichi!. Lean el
Altiplano Político, siquiera (Que tal, cherry, Torres!)
6. No hagas política, no hagas voluntariado (pero visita el local del Apra). Mayo del 2007, clase de introducción a la ciencia política en la PUCP. Letras.
Chicos, quiénes de ustedes han sido voluntarios de Transparencia? 15 de 50 levantan la mano.
Chicos, quiénes estudian ciencia política porque se imaginan haciendo política? 15 de 50 levantan la mano.
Chicos, quiénes conocen el local del Apra? Nadie. Subo un punto en el parcial al que me diga donde queda? Cero balas. Una vergüenza. El voluntariado te llena el alma, seguro; y en el CF alucinas que eres líder político (te la creíste esa que Roncagliolo fue el primer secretario de la FEPUC), pero no te alucines mucho con tu chaleco azul o con tu polo de llenador de techo. Anda un día al local del Apra (te diría de cualquier otro partido, pero no existen), y hablamos….ok?
7. Lee lo que tus profes no quisieron que leyeras. 7.1. No leas sólo a “los rojos”, sino también a los de la derecha. Las lecturas en la facultad de sociales de la PUC tienen un bias, salvo escasas excepciones. Las clases vienen siendo ahora más plurales, pero igual, lee a los que están en ambos lado de la orilla, a los críticos, a los que joden, a los que serían despreciables para tus profes, y siempre buscando un amplio margen: incluye economía, administración de empresas (Harvard Business Review), no sólo la Revista Andina (la conoces siquiera?, estás cagao).
7.2. No leas separatas de S/.1.50, lee libros enteros. ¿Hace cuánto que no sacas un libro de la biblioteca? Antes, todos éramos amigos de Víctor Hugo, el bibliotecario; ahora todos son amigos de la chica de la fotocopiadora. Solo te quedas en la fotocopiadora y no sabes de lo que va el libro entero. Te quedas sólo en la introducción y te pierdes el resto. Es como ir al tono y no bailar, como comprar una caja de chelas y tomar solo un vaso. Es cómo si con la chica sólo….ya tú sabes.
8. No aceptes trabajo de tu tío sociólogo. ¿Buscas chamba? Está dura la calle, no? Sí pues, la desesperación te puede llevar a la ONG de tu tío, pero ahí tendrás 3 opciones: cortar periódicos, ser promotor social o hacer proyectos. Pero busca bien y con un poco de paciencia: hay concursos de investigación, becas para hacer la tesis, etc. La lógica de la ONG puede ser anti-académica en muchos casos, mucho activismo o burocracia no-gubernamental (pero burocracia al fin al cabo). Agarra un tema de investigación, algo que te apasione y de ahí en tus ganas de trabajarlo, el tema solito te llevará a las opciones y a los recursos para la investigación, ya sea que le interese a algún profe o que se habrá algún concurso (CIES, CLACSO, etc). Una pastillita para el alma.
9. No escribas. A ver, ¿de verdad crees que tienes algo sensato qué decir? O sea, ¿de verdad crees que tu idea es original? Quien chicha eres para poner tu nombre como dizque autor de cualquier garabato. Esto no es literatura, estimados. Acá no se publican ni cuentitos ni versitos para juegos florales. Si realmente quieres escribir algo, primero busca datos. Datitos, evidencia…las pruebas, mi estimado. No sigas el mal ejemplo de los intelectuales de ONG ni de
los evangelios de moda. Primero busca tus datos, numeritos (están por todas partes, en serio). Y recién cuando tengas tus cuadros de doble entrada, hablamos, ok?
10. No estudies ciencia política. Si no estás dispuesto a seguir los puntos anteriores, mejor no estudies ciencia política. Say no more.