Análisis de la Primera Vuelta Presidencial en Colombia (1)
Intentemos explicar la abrumadora victoria de Juan Manuel Santos (Partido de la U) que se impuso con el 46.6% de los votos válidos sobre el 21.5% de Antanas Mockus (Partido Verde) en la primera vuelta presidencial de los comicios de ayer en Colombia. Ese resultado sorprendente no debería serlo tanto si tomamos en consideración los siguientes puntos:
1. Combinación de voto de “gobernabilidad” y voto de “aparato político”. Las clases medias y altas mantuvieron su apoyo al proyecto de gobierno del uribismo, tanto en los temas de “seguridad democrática” y neoliberalismo económico. La candidatura de Santos era la única que convincentemente demostraba tener la capacidad de asegurar esta continuidad: experiencia en el gobierno, fuerza parlamentaria, control del aparato estatal. La sensación de que romper “con lo avanzado”, considero, influyó en este sector de la ciudadanía colombiana.
2. La maquinaria. En los sectores populares y rurales se hizo evidente el peso que mantienen las estructuras clientelares. Ello no sólo significa un chantaje a cambio de apoyo electoral, sino además la evidencia de que los electores pueden obtener un beneficio directo a cambio de votar por determinadas candidaturas. La opción de Santos, con mayor acceso a recursos públicos, hacia tangible esta posibilidad. La política se sigue jugando en estas arenas y no solo en las “redes sociales”.
3. Campañas concretas versus la ilusión del cambio. La campaña electoral de Mockus tuvo la habilidad de abrir una “tercera via” a la división uribismo/anti-uribismo, pero no supo capitalizar ese impulso al aterrizarla en ofertas concretas. El cambio de estilo en la política, a través de su discurso de la “legalidad”, tuvo llegada, pero no llegó a los sectores sociales más necesitados con problemas de pobreza, desigualdad, exclusión, desplazamiento…Su discurso fue a las formas y no a los temas de fondo.
4. La ingenuidad de una candidatura emotiva. Mockus se confío en la “ola verde” y no la ató a propuestas concretas. Las candidaturas emotivas son volátiles, dependen mucho de los estados de ánimo. Se confió de corrientes de opinión pública sesgadas por el apoyo que había recibido de intelectuales y de artistas. La política es emoción, pero también pragmatismo.
5. Las limitaciones de las “redes sociales”. El mundo virtual continúa alejado del mundo real. La candidatura de Mockus fue popular en las tecnologías 2.0 (Facebook, Twitter, blogs) que, contrariamente a lo que se supone, tienen llegada a los debates de los medios de comunicación convencionales, pero que son un magro reflejo de la política real. Las redes sociales que importan no están en internet sino en los operadores políticos.
Se comprobó que las “sorpresas” no se anuncian. Santos salió de esta consulta más fuerte que nunca y se corroboró que las olas –como la ola verde—siempre pierden fuerza en la orilla.
Bonus track: Esta mañana en RPP.
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